Uno de los hechos que parecieran impensables en un mundo de derecho como debería de ser el nuestro, es una persecución por la aplicación de la ley sea una buena o mala aplicación.

Me refiere a un caso que ya he mencionado y que me parece que no debe de ser tomado a la ligera como lo que esta ocurriendo en el Estado de Veracruz, donde en primer momento su gobernador, desde su poder, impulsó una norma inconstitucional como lo es el delito de ultrajes a la autoridad, con la firme intención de tener personas privadas de la libertad.

Mismo gobierno que hace unos pocos días, detuvo a una jueza por una resolución que les resultó incomoda y pocos días después volvió a detenerla en ambas acciones violentando derechos humanos, incomunicándola y bajo la sospecha de haber sido torturada.

Si los jueces no pueden hacer justicia bajo la amenaza de realizar una acción contraria a gobierno y ser arrestado, me parece que la esperanza se pierde para una justicia cotidiana de la sociedad.

Lo anterior es una prueba irrefutable de la necesidad que como sociedad tenemos de empoderar los poderes autónomos y de pugnar, por una independencia judicial puesto que solo de esa manera, se garantizará un estado constitucional de derecho.

En ese mismo sentido, debemos de pensar en la incertidumbre en la que la sociedad se encuentra si no puede existir una resolución que sino le convence a un gobernante en lugar de impugnarla como cualquier persona ocupe el aparata del estado para obligar a cumplir aquello que considera debió de haber sido.

No solo crea un estado autoritario, sino que vislumbra una serie de violaciones a derechos humanos que no deben de ser permitidas ni por la sociedad ni por los poderes puesto que, la vida democrática depende en gran medida de la garantía de cada uno de los individuos de sus derechos.

juanfer_lm@jfg

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