La última semana, ha sido una de las más complejas en el panorama geopolítico contemporáneo.
Tras mes y medio de haber asumido su nuevo mandato, el presidente estadounidense Donald J. Trump tuvo su primer comparecencia ante el Congreso de los Estados Unidos, en la que durante más de una hora, profirió un discurso triunfalista donde alardeó por todo lo alto, sobre las medidas drásticas que ha adoptado desde que ocupó de nueva cuenta la oficina oval.
Dio fe del abrupto cambio de paradigma político y social, que está experimentando Estados Unidos, país en el que dicho sea de paso, no se había observado un escenario político interno tan polarizado en su historia reciente.
Durante el pasado fin de semana, la acalorada discusión sostenida por Trump y el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, fue la noticia de mayor trascendencia global; en parte por la arrogancia y escaso tacto diplomático con la que Trump y el Vicepresidente J.D. Vance, se dirigieron al Ucraniano.
En parte por la obstinación e insensatez de este último, al momento de establecer posibles acuerdos para lograr La Paz. Independientemente del nefasto trato dado por Trump y Vance a Zelensky, con la renuencia del gobierno estadounidense por seguir financiando la defensa de Ucrania, Estados Unidos está dando un mensaje contundente al mundo: Estados Unidos ya no es un miembro fiable de la OTAN.
Aunado a ello, la imposición de aranceles a sus principales, tres socios económicos y la tensa conversación con el Primer Ministro británico, Kei Starmer, dejan entrever que ni siquiera en el plano comercial EE.UU., sigue siendo un socio confiable. La agenda de Trump es clara: llevar a cabo una desglobalización generalizada en Estados Unidos, tras cinco décadas de globalismo.
El costo económico y político que afrontará EE.UU., tras desentenderse de sus compromisos se percibe desde ya inconmensurable; los mercados perderán confianza en el gigante norteamericano, y de no concretarse la reindustrialización que pretende Trump (algo por demás complejo), EE.UU. se enfrentará a mediano plazo a una resección a gran escala, según advierten los expertos en la materia.