Quien ha amado; ha sufrido. Quien ha amado; ha sentido el amargo de la incertidumbre de no ser completamente correspondido. Parejas se forman por amor, y parejas se deshacen por celos. Celos con fundamento y celos de lo imaginario. La posesión de la persona amada es crucial para que lo celos aparezcan, fluyan, crezcan y destruyan. Y destruyan no solo la relación sino a las personas.
Hoy hablaremos de celos, y vaya que hay mucho que decir sobre el tema; unos dirán que son buenos, otros que son malos; se dice que son inseguridad; dicen que si no hay celos no hay amor; que los celos son naturales o que son irracionales. Se dicen tantas cosas, que la única verdad es que es un sentimiento que experimentamos desde muy tempranas edades y que potencializamos cuando estamos en una relación.
Hay que distinguir entre amor y posesión. En el amor debería existir libertad y seguridad. La confianza por ende, debe ser la base para que el amor y la relación florezcan. Pero la verdad es que llegar a un punto de absoluta confianza es una utopía. Poseer al ser amado es más común que el amor; hemos aprendido que amar es igual a “poseer, y a controlar”, nos hemos comparado la idea de que si “cela” (controla) es porque me ama. La posesión es el amor convertido en violencia. Y la verdad es que es mucho más difícil hoy en día, llevar relaciones de pareja sin un toque de control, de celos y hasta de infidelidades (aunque sea imaginarias). Más tecnologías motivan a tener mas diversidad en la forma de las infidelidades o malas interpretaciones (Celos infundados).
La forma de expresar y sentir celos también ha evolucionado con la tecnología; para las generaciones anteriores la infidelidad y los celos eran diferentes. Los celos eran con mejores fundamentos y las infidelidades solían ser más consistentes; es decir quién era infiel era porque físicamente tenía relaciones extra parejas y había evidencia física de tales actos. Hoy en día la infidelidad es virtual y los celos se potencializan con los supuestos y mal entendidos. Las redes sociales se encargan de poner en charola de plata “evidencia” para provocar celos.
Entonces ahora muchas personas experimentan celos que pueden ser de la nada y sufren más pensando en supuestos, entrando a un estado casi casi psicótico de “ver cosas” que “pudieran” no ser reales.
Si el amor es la medicina del alma, los celos sin duda son el veneno que todo lo corrompe. Un ataque de celos puede ser suficiente para hacer que hasta el más cuerdo y ecuánime pierda la cabeza. Y es donde esta lo peligroso de tal sentimiento. No el hecho de sentir los celos en sí; sino en las reacciones provocadas por celos.
Desde tener todo el tiempo pensamientos intrusivos que desgastan las energías; perder tiempo revisando redes sociales y buscando “evidencias”; peleas con la pareja; enfrentamientos con “l@s supuestos”; y hasta suicidios o asesinatos. Esto es lo peligroso.
De allí que se debemos ser más fríos y objetivos ante al sentimiento de celos (que es inevitable). Dicen” que el que busca, encuentra” y bueno, entre más evitemos buscar mejor será nuestra estabilidad emocional. Dar por hecho que la relación está en un dicho de confiabilidad dará seguridad a ambas partes.
La comunicación y acuerdos de pareja dan la solidez para que la relación no sea vulnerable; es decir si se comunican que desean tener amigos y el nivel de relación de los amigos, puede ser que a la pareja no le haga ruido ver en redes sociales comentarios de estas personas. También habría que hacer una declaración de nuevas amistades; así como en las Aduanas –declarar no es malo, No declararlo y encontrarlo, eso sí es grave- así con las nuevas amistades, declararlas a las pareja y decir que nivel de relación es.
Mantener la calma y ser racional ante las evidencias. Siempre ser fríos, pensar y esperar un poco a que la evidencia sea una realidad. Después aclarar y por ultimo negociar.
Sentir celos es inevitable, pero saberlos manejar es lo importante.