El marchista mexicano, Ernesto Canto, una de las grandes glorias del deporte mexicano, falleció este viernes 20 de noviembre a los 61 años, víctima de cáncer de páncreas.
Uno de sus capítulos más gloriosos fue en los Juegos Olímpicos de 1984 de Los Ángeles cuando obtuvo la medalla de oro al cruzar con toda gallardía la meta en el estadio Memorial Coliseum, con un tiempo de 1 hora 23 minutos y después de Ernesto, el también mexicano Raúl González obtenía la de plata.
Aunque también en Juegos Panamericanos y Centroamericanos, tuvo momentos triunfales, poniendo siempre en alto el nombre de México, en la disciplina de la caminata.
De carácter amable y sonriente, en los últimos años, además de prepara a jóvenes en este deporte, también daba conferencias de motivación y compartía sus experiencias en los diferentes escenarios donde resultó triunfador.