La palabra madre es la materialización del amor en su máxima expresión. Es apoyo incondicional, cariño, ternura y belleza verdadera. La madre es el ser que amamos desde antes de nacer y con el tiempo a quien con certeza, nos vamos a parecer.
Tal vez tendremos algunos de sus rasgos físicos o quizás heredaremos su carácter y personalidad. Hablar de las madres también es saber que llevaremos un sello único para toda la vida, que marcará desde nuestra forma de vestir hasta la manera en cómo nos expresamos; y es que esas suculentas frases clásicas de mamá, nos caracterizan como mexicanos y no las podremos ni tendremos que olvidar jamás.
Y a pesar de que no hay patrones a seguir, siempre existe algo que las identifica. ¿Estamos seguros de que no existe un manual para ser mamás?
El Día de las Madres es una de las celebraciones más importantes en el año y como dato curioso, cabe resaltar que México fue el primer país latinoamericano en conmemorarlo. Nosotros los mexicanos lo celebramos anualmente el 10 de mayo.
Este año, el Día de las Madres coincidió en que fuera viernes y en general, para la población mexicana la regla de un viernes, es igual a un día social, de sana y a veces de no tan sana convivencia, pero, siendo un día festivo dentro de un fin de semana, se resume a una sola cosa: festejos a la máxima potencia y eso es perfecto, porque festejar a las madres es uno de los días más bonitos y esperado por todos.
Ser esa bendición de llamarte mujer y madre, es saber que ese día, que es tu día, serás la más consentida de la casa. Te lloverán regalos, flores y tendrás invitaciones infinitas para salir a comer. Los demás y las que aún no somos madres, siempre tendremos a alguien a quien festejarle, incluyendo a todas aquellas personas que nos han apoyado como figura materna, es decir, las abuelas, tías, madrinas y en muchos casos, también a papá.
Considero que el Día de las Madres es mágico, porque independientemente de los fuertes calores y el excesivo trabajo durante estos últimos días, ese día en las calles se percibe paz y tranquilidad. Un ejemplo claro es cuando las florerías exhiben sus mejores ejemplares y los restaurantes tanto del centro como en los alrededores, ofrecen sus mejores platillos y/o promociones.
Por si fuera poco, las madres viven orgullosas de serlo, tanto que se felicitan entre ellas. Y esto lo comprobé justo el fin de semana, pues tuve el privilegio de pasar todo el día junto a mi madre y, aunque aprovechamos el tiempo para descansar un poco en casa, también salimos de compras e hicimos ese tipo de cosas, que solo entre chicas sabemos disfrutar. ¡La verdad quedamos muy guapas!
Además, no sé en otros municipios, pero al menos en el centro de Cuautepec, en las calles se percibía pura buena vibra. Esto es, que las vecinas conocidas se felicitaban por su día y los hombres cada que veían pasar a una señora, la felicitaban con gallardía.
La madre es de lo más bonito de la vida y son ellas las que siempre dan amor y vida. Así que dichos todos los que aún las tenemos en nuestros días. ¡Felicidades, mamás!