Viajamos, conocemos y crecemos. La vida es un mundo de reflexiones constantes entre lo nuevo y lo viejo. Crecemos en diferentes direcciones. Avanzamos. Conocemos nuevos mundos, nueva gente y entendemos el significado de nuestra propia existencia.
Los propósitos de vida se van adaptando, se modifican pero nuestra raíz siempre persiste. Y todo este análisis poético surgió porque, después de varias interpretaciones durante este fin de semana, me di cuenta que el día que yo nací, nacieron todas las flores…
Así que haciendo uso de mis nuevos conocimientos les pregunto: ¿sabían que el canto de “las mañanitas mexicanas”, tiene origen judío? Bueno, ahora como dato curioso ya lo saben. Y es que actualmente, me encuentro estudiando mi segunda Licenciatura en Lenguas, Literatura y Civilizaciones Extranjeras y Regionales (LLCER parcours Espagnol), en la Université Paris-Est Créteil.
Esta licenciatura está enfocada a España e Iberoamérica, bajo las bases de la metodología francesa. Por esta razón, en mi segundo año llevé la materia de Literatura Española, dónde estudiamos textos del Siglo de Oro español.
De ese modo llegué a los cantos hebreos, el origen y el análisis de su métrica. De ahí aprendí que “las mañanitas”, es una canción tradicional mexicana adoptada de la poesía hebrea medieval. Fue traída a México en los inicios de la evangelización y posteriormente, se fue adaptando hasta convertirse en un cántico popular con una métrica de vals.
Y aunque me encantaría compartirles un análisis de texto detallado sobre este tradicional canto, sólo quería mencionarlo, porque el domingo 12 fue mi cumpleaños.
Es por eso que el mes de septiembre, es uno de mis favoritos. No sólo porque celebro un año más con vida. También me lleno de los recuerdos de convivencias con la familia, con los amigos, los mejores regalos y por supuesto el afamado pastel.
Además, septiembre es un mes importante, es nuestro mes patriótico y de la esperada temporada de chiles en nogada.
Justo ayer, entre la tercera o cuarta entonada mañanera, me percaté de cuan afortunados y bendecidos somos aquellos que en cada cumpleaños, podemos estar rodeados de la familia y de los buenos amigos. De los buenos deseos que te mandan a distancia y de la gente, que verdaderamente se acuerda de ti.
Entre risas y buenos momentos, pude celebrar este cumpleaños con personas increíbles que me abrieron su corazón y sus vidas en menos de dos meses de mi estancia por aquí; y que además de tener sus propias historias, dediquen unas horas para celebrarme e interesarse en las mías.
Y son estas mismas personas, las que me inspiran en mis historias al escribir. Muchas gracias por las felicitaciones y tantos buenos deseos. Los quiero a todos