Tras un proceso judicial de casi cinco años, por fin, el secretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, ha sido condenado a 38 años de prisión por delitos relacionados al narcotráfico.
El Juez Brian Cogan de Nueva York, dictó sentencia al que fuera el máximo responsable de velar por la seguridad de los mexicanos, siendo otra vez las autoridades estadounidenses las encargadas de impartir justicia a una prominente figura más del crimen organizado de México.
El sexenio de Felipe Calderón, estuvo marcado por el deseo del ex presidente de legitimarse ante la opinión pública y congraciarse con el Gobierno de los Estados Unidos, que lo llevaron a emprender la llamada “guerra contra el narco”, con una planificación deficiente y decisiones cuestionables que favorecieron a un cártel en específico.
Durante el sexenio de Calderón, grupos criminales como los Beltrán Leyva, los Arellano Félix, el cártel de Juárez o los “Z’s”, se vieron especialmente confrontados con las fuerzas del orden y sus principales cabecillas fueron encarcelados o ultimados; pero curiosamente, el grupo del pacífico gozaba de una evidente impunidad y su fortalecimiento durante el periodo 2006-2012, fue enorme a todas luces.
Para el año 2010, voces como la del hoy presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña o la de la hoy gobernadora de Campeche, Layda Sansores, señalaban los notorios nexos del entonces secretario con algunos grupos criminales.
La estrategia de García Luna en aquella época parecía ir en una dirección específica: consolidar el poder de ciertos carteles en zonas bien delimitadas del país y que estos estuvieran sujetos a las disposiciones del Gobierno Federal (esto según investigaciones del renombrado criminalista Edgardo Buscaglia), estrategia que terminaría por resultar desastrosa y llevaría al incremento exponencial de la violencia en México.
Tras la sentencia a García Luna, el ex presidente Felipe Calderón ha asegurado no haber tenido conocimiento sobre los nexos de su ex secretario con el narco; al final de cuentas ser concebido como inepto e irresponsable le resulta menos costoso que ser señalado como corrupto y cómplice.