Sin duda, el perro es el mejor amigo del hombre y en materia de seguridad, es un gran aliado de la policía.
En Tulancingo, la dirección de Seguridad Pública municipal, cuenta con el grupo especial canino K9.
En total, son ocho perros que están adiestrados para apoyar a los oficiales en tareas que requieren agilidad, astucia y capacidad, por lo que amo y animal, forman un gran binomio.
Drago, tiene entre cinco y siete años al servicio de la corporación y ha sido adiestrado para la búsqueda, detección y localización de estupefacientes, siendo el más longevo de estos canes.
Gracias a sus acciones, se ha logrado la detención de quienes se dedican tanto al consumo como a la compra-venta de sustancias prohibidas.
Scott, ha logrado con su adiestramiento la detención de presuntos delincuentes que intentan darse a la fuga (pie-tierra) o que portan armas, ya sea blanca o de fuego, que pongan en peligro la integridad de personas que se encuentran en el entorno.
Los perros han sido entrenados para que se vayan al brazo o a la pantorrilla, es decir, no actúan con agresividad. Solo atacan cuando reciben la orden y nunca se lanzan al cuello o al rostro de la persona.
En general, tienen un comportamiento adecuado en la sociedad, incluso los niños se les acercan y los pueden acariciar.
Los perros de las razas Pastor Belga y Pastor Holandés, como si fuera un examen de control, también están sujetos a una evaluación para que los adiestradores determinen si están aptos para desarrollar labores relacionadas, en este caso, con la seguridad Pública.
De esta manera, el grupo de oficiales K9 hacen sus recorridos acompañados de quienes también cumplen una importante labor en la sociedad.
Para ello, los oficiales reciben cursos en el Instituto de Unidad Canina de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH) y lo que aprenden, lo replican en el Cuartel General de la Policía de Tulancingo, con sus compañeros

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