El actual sistema de justicia ha establecido cambios fundamentales en la visión de la justicia y en el actuar cotidiano de los servidores públicos, uno de ellos fue el papel de las policías en la materia penal.
No solamente se convirtieron en un elemento de prevención y de persecución del delito, sino en piezas fundamentales en las investigaciones penales, convirtiéndose en la mayor parte de las veces en lo que se ha establecido como primer respondiente, quien es la primera persona que atiende a un llamado y que por ende reviste una gran cantidad de responsabilidad para que la investigación tenga una culminación exitosa.
Lo anterior dado que, es esta persona quien es la encargada de asegurar que las posibles pruebas no se pierdan entendiendo a estas como a los testigos, indicios, materiales y que dichas posibles pruebas no se contaminadas con la finalidad de crear una demostración fidedigna de su veracidad y lo que es más permitir esclarecer los hechos.
No obstante, la responsabilidad de la policía implica de forma genérica que sus tareas garanticen en toda la extensión de la palabra los derechos humanos de las partes y el esclarecimiento de los hechos puesto que, sin lugar a dudas las policías son quienes tienen el contacto día con día con los hechos que se investigarán, con las personas que pudieran ser detenidas y con los fenómenos sociales que pudieran afectar a las personas en nuestro país.
En consecuencia, el trabajo de la policía se convierte en la garantía del sistema de justicia y ellos como servidores públicos en la representación de la justicia ante las personas que cotidianamente tienen relación con ellos.
Sin duda su labor y responsabilidad ha aumentado en comparación con el antiguo sistema, pero lo cierto es que aquello que se le solicita a los policías es la aplicación del respeto y garantía de derechos humanos, lo cual solo puede ocurrir si se encuentran debidamente capacitados.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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