La mayoría de las parejas considera que si se ama verdaderamente siempre se es fiel, por otro lado, la fidelidad sexual es valorada muy positivamente a la hora de decidir mantener una relación estable. Sin embargo: ¿Quién no ha sentido el temor de ser traicionado por su pareja? ¿Quién no se ha visto tentado por una relación extra pareja? Se afirma que la infidelidad, sobre todo la cometida por la mujer, es la causa más definitiva y frecuente de ruptura del matrimonio.
A pesar de que las relaciones extramaritales se condenan y la fidelidad se considera un ingrediente indispensable de la vida en común, en el 72 por ciento de las 56 sociedades más importantes, los escarceos y deslices sexuales son frecuentes.
Son múltiples los motivos por los cuales es frecuente la incidencia de la infidelidad y muy pocos son los que se atreven a confesar ese “pecado”. Lo ideal debería ser no tener relaciones extra pareja y que en el caso de que se tuvieran se le debería contar la infidelidad a la pareja. Pero ningún experto se atreve a defender en debate esta conducta.
¿Somos infieles por naturaleza?
En lo más profundo de los deslices sexuales estaría el instinto reproductivo que cualquier ser lleva dentro; pero básicamente, esta teoría viene a decir que a más contactos sexuales mayor éxito reproductor y se reafirma así la perpetuación de la especie así como más hijos que heredarán esa carga genética. Una justificación simple en nuestros tiempos es, que debido a la evolución, no buscamos el sexo para reproducirnos, sino mas bien, para reafirmar las relaciones erótico afectivas.
El adulterio femenino es más castigado
El temor a los cuernos siempre ha sido una pesadilla masculina y socialmente siempre ha estado más censurada la infidelidad femenina que la masculina. El embarazo hace, sin duda, mas complicadas las consecuencias de una infidelidad. De esta forma el hombre podría criar e incluso convertir en herederos a hijos de otro hombre. Pero como ya no estamos hablando de reproducción, tendría que tener el mismo valor una infidelidad masculina que una femenina, o acaso la traición tiene genero.
Algunas justificaciones que amparan la infidelidad son:
El interés por la novedad
Existen personas que valoran especialmente la conquista, para los que el terreno conquistado deja de tener valor y sienten la necesidad imperiosa de una nueva conquista. La relación ya no les interese. Hay personas que buscan la novedad de forma compulsiva, en ocasiones esta conducta esconde un miedo a la intimidad.
Vida sexual pobre
Las relaciones sexuales son un ingrediente muy importante para muchas personas y cuando en su vida en pareja disminuye el interés sexual, el efecto puede ser devastador. En ocasiones estas personas mantienen relaciones extra pareja y según ellas estas relaciones les ayudan a mantener su vida en pareja al compensar su interés sexual.
El distanciamiento
Muchas parejas, cuando formalizan su relación consideran que ya esta todo hecho y que su pareja les pertenece por lo que no tienen que cuidar la relación.
Crece la esperanza de vida
Hace doscientos años, muchas mujeres morían jóvenes a consecuencia del parto y la mortandad de los hombres también era mucho mayor. Contando con una esperanza de vida de 80 años, si una pareja se conoce y se enamora a los 23 años y permanece fiel durante toda su vida, pasarán 57 años teniendo relaciones el uno con el otro. ¿Es demasiado tiempo para mantener viva la llama de la pasión? ¿El deseo requiere pasión? ¿Puede conducirnos este aumento de la esperanza de vida a una mayor infidelidad?
Sentirse joven y atractivo/a
Una aventura amorosa puede significar demostrarse a sí mismos/as que todavía son jóvenes, y así sentirse más atractivos/as. En el hombre estas circunstancias se suelen dar alrededor de los cuarenta años, edad en la que busca revivir emociones de la juventud. En la mujer, por su parte, esta necesidad se manifiesta antes de la menopausia, sobre todo si percibe que hay un cierto desgaste de la relación y necesita volverse a sentir guapa, atractiva y que despierta apetito sexual.
La infidelidad no es tanto como la tracción, antes de dividir tu tiempo y tu cuerpo, considera que lo que hagas afecta a otr@s.