El día de ayer se hizo un ejercicio democrático que como cada año se efectúa lo que implica dar un informe de las actividades realizadas por el gobierno en turno, por medio del cual le da a conocer a la población y al país aquello que se realizó en cada año.

A lo largo del tiempo, los informes de gobierno han cambiado hace unos cuantos años el presidente emitía un mensaje a la nación desde el Congreso de la Unión, sin replica alguna, con posterioridad únicamente se entregaba el informe sin discurso alguno.

Finalmente, se ha hecho entrega del informe para su revisión por parte del Congreso y con posterioridad se realiza un discurso para dar a conocer de forma pública el informe presentado y durante días posteriores se puede solicitar la comparecencia de diversos Secretarios de Estado para que diriman las controversias propias del informe ante el Congreso.

 En tal sentido, la implicación del informe en un Estado Democrático es fundamental en cualquier país ya que, la rendición de cuentas es el medio idóneo para conocer la labor del gobierno en turno y ser una de las fuentes indiscutibles de lucha contra la corrupción.

Sin embargo, durante años la opacidad y oscuridad de los informes han permeado en nuestro país pocas veces hemos visto una verdadera rendición de cuentas y una publicidad tanto del informe como de las cuentas emitidas por el gobierno y la necesidad de ello es vital para que la población sea quien pueda emitir un criterio respecto a sus gobiernos.

Por tanto, es necesario un control transparente y público de los informes, sin duda debe permitirse como se ha establecidos en otros país una discusión abierta y pública del informe donde comparezca incluso el jefe del poder ejecutivo y se permita tanto a grupos opositores como aliados emitir sus respectivas participaciones respecto del informe.

Lic. Juan Fernando González Espinosa

juanfer_lm@jfg

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