Las administraciones llegan a su fin y los informes de gobierno se convierten en aquellas últimas actuaciones de presidentes municipales, que van de salida o incluso que no fueron parte desde el principio de sus Ayuntamientos.

No obstante, las implicaciones políticas no son las mismas que aquellas jurídicas. La obligación de toda autoridad ejecutiva, es hacer la entrega del Estado que guardan sus administraciones.

En tal sentido, su obligación concluye con la entrega del mismo informe, si bien la tradicional ha implicado durante muchos años la explicación en Congresos o plazas públicas, con la finalidad de dar a conocer todo ello a la ciudadanía, pero lo cierto es que no se encuentran obligados a ello.

En ese mismo sentido, nuestra democracia ha avanzado permitiendo la participación más activa de los parlamentos y como consecuencia de un intercambio cultural con los sistemas parlamentarios, se ha introducido la figura de las comparecencias que es una forma de llamar a las y los secretarios de estado, así como a todas las autoridades, para explicarle al Congreso desde su trinchera la situación que guarda una administración.

Si bien en los sistemas parlamentarios aquello que se genera, es un debate entre los parlamentarios representados por sus grupos políticos para establecer no solamente las diferencias ideológicas sino de las propias posturas y datos establecidos en los informes.

Lo anterior robustece la temática de la democracia, como una idea participativa de ideas que impera en un debate, siempre en pro del respeto y en beneficio de la sociedad.

México ha cambiado sus tradiciones en cuanto a los informes de gobierno y la democratización de los mismos, parece también que ha resurgido.

No obstante, es necesario últimos ajustes para terminar de permear la discusión de manera pública y que esta sea transparente hacia la sociedad.

jfernandoge1@gmail.com

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