En nuestro alrededor y en lo largo de la vida de cada unx de nosotrxs vemos ciclos. Es decir, comenzamos y terminamos; desde la vida misma. En este inicio de año seguramente estas comenzando un ciclo más.
Los ciclos son importantes para el desarrollo psicoemocional de las personas. Al ser una gráfica, en donde se comienza de cero, luego llega a su punto máximo para después decaer y terminar; todo ciclo implica movimientos y ajustes. Algunos ciclos los vivimos rutinariamente y se viven sin mayor complicación; sin embargo, algunos otros son confrontantes y dolorosos.
El ciclo de un año; en enero lo comenzamos con muchos ánimos, propósitos, metas; y seguramente algunos de estos puntos se llegan a convertir en hábitos; otros muchos son utopías, y otros serán olvidados. Tal vez a mediados de año recuerdes y retomes ánimos. Pero ya del último trimestre pasan dos cosas: o te esfuerzas por lograr tus metas o bien te rindes y esperas el fin del ciclo. Celebrando con un ritual la terminación de dicho ciclo y el inicio de uno nuevo.
El ciclo de la escuela es uno de esos que se viven (en la mayoría de los casos) sin mayor complicación; en los primeros años no hay mucha conciencia pero después de la secundaria cada inicio y cierre de ciclo se vuelven trascendentes.
Otros ciclos son más complejos. Las relaciones laborales, son de los ciclos que implican mucho movimiento en todos los aspectos de la persona; y habrá quienes lo viven desde lo satisfactorio, como hay quienes viven el ciclo desde la frustración.
Las relaciones afectivas, es uno de los ciclos más complejos y confrontantes, y que generalmente se viven con dolor. Siempre los comienzos con mucho entusiasmo y expectativas positivas; y un cierre doloroso y hasta violento.
Ahora bien, generalmente se entienden estos ciclos como círculos; incluso algunos le llaman así: “cerrando ciclos” que da la connotación de algo redondo; como si en la vida nos fuéramos haciendo de círculos cerrados. La realidad es que la mayoría de estos ciclos más bien son como espirales; no se termina de cerrar el círculo por completo cuando comienza otro.
Si vemos así a los ciclos, se asume que un ciclo anterior le sirve al siguiente y asi sucesivamente. A mi, me gusta ver esto como un aprendizaje; tomar de un ciclo lo que me puede fortalecer para que un nuevo ciclo se vaya construyendo.
Así que, desde esta perspectiva no es necesario que tus propósitos de año nuevo tengan que ser siempre diferentes; o que cada que comienzas una relación te olvides por completo de lo que viviste en la anterior. Sino más bien, encontrar el punto en donde cada día seas mejor persona para ti y para otrxs.
Tampoco es necesario que tengas que ver que un ciclo llega a su fin para poder comenzar otro; cada día, puedes re-comenzar tus ciclos. Unos requerirán solo voluntad; y otros todo un ritual de re-inicio.
Te invito que en este inicio de ciclo de año identifiques los espirales en lo que te vives; los valores y re-inicies o termines los necesarios. En tu persona y en especial en tus relaciones estos re-inicios son una de las mejores maneras de ir creciendo como persona.