En calles aledañas a la Central de Abasto PIFSAL, principalmente en las afueras de algunas abarroteras, se observa mercancía acumulada en las banquetas y parte de la cinta de rodamiento.
Comerciantes y transeúntes, coincidieron en que es muy molesto tener que bajar al arroyo vehicular, con el riesgo de que sufran algún accidente.
Esta situación, sobre todo ocurre en las calles Ocampo y Galeana, donde también permanecen montacargas durante varias horas.
Este es uno de los sectores comerciales más concurridos de Tulancingo, en el que las calles son estrechas y no tienen mucho margen para la circulación fluida, además de que la invasión de las áreas de uso común representa un problema para los viandantes, ya que las banquetas se encuentran ocupadas.
De este problema, que se vive cotidianamente en esta zona, personal de la dirección de Reglamentos, advirtió que es una práctica prohibida e informó que realizarán recorridos por las arterias donde existen estos conflictos.
El Bando de Policía y Gobierno, en el artículo 139, sobre la invasión de espacios, señala que “las personas físicas o morales no podrán en el ejercicio de sus actividades comerciales, invadir o estorbar los bienes del dominio público, en el municipio”.
Pese a que diferentes administraciones han establecido acuerdos con comerciantes, para llevar a cabo un reordenamiento vial, nada se ha concretado, por lo que los congestionamientos automovilísticos, sobre todo ocasionados por quienes se estacionan en doble fila, representan un suplicio diario