Sin duda la división de Poderes se ha demostrado en los últimos días y parece que la prueba de fuego, fue la votación respecto de una parte del denominado plan B de la reforma electoral, la cual ha sido tanto criticada como aplaudida.

No obstante, no es trascendente si es del agrado de la sociedad o del resto de los poderes una resolución de la Suprema Corte, sino si la misma reforma se encuentra apegada a la Constitución o no.

En tal sentido, parece que no debemos de perder la idea del poder judicial y no es ni estar de acuerdo ni avalar la opinión de la mayoría de la población, sino garantizar el Estado Constitucional de Derecho en nuestro país, que en ocasión puede distar de aquello que la mayoría apoyó o considera correcta.

Tal fue la resolución emitida por la Suprema Corte, que es necesario considerar que debía de invalidarse por que no se garantizó el derecho de las minorías a participar en el proceso legislativo.

Lo anterior no solo es importante sino de suma trascendencia en un sistema democrático puesto que, la esencia del mismo implica el respeto a las minorías, ya que solo de esa manera se garantiza la participación de todas las personas en los procesos.

Por tanto, si bien la mayor parte de la población puede no estar a favor de la ideología de este grupo, se debe de respetar y garantizar su derecho a disentir y participar en los procesos, esa es la democracia.

Sostener que una mayoría puede destruir el derecho de participar y de debatir de la minoría, conlleva a procesos autoritarios y totalitarios, que culminan por desaparecer la democracia y con ello, el derecho de las personas a participar en los procesos del país.

En consecuencia, parece que como sociedad estemos o no favor de la reforma, debemos aplaudir una sentencia que logra garantizar el derecho de participación de las personas a través de los partidos que los representan.

juanfer_lm@jfg

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