Me siento muy agradecida de tener la oportunidad de ir a otros Juegos Olímpicos. Tener esta ilusión fue lo que me ayudó a recuperarme lo más rápido posible de mi fractura y lo que me motiva a intentar ser mejor cada día. Mis primeros Juegos Olímpicos estuvieron llenos de emociones encontradas que en su mayoría no supe cómo manejar. Hubieron muchas cosas que disfruté pero también hubieron momentos difíciles en los que me sentí triste y decepcionada de mi misma. El día de la competencia cometí muchos errores y no supe cómo asimilarlo.
El tiempo y la experiencia me han ayudado a ver las cosas de una forma diferente y me siento más preparada, tanto física cómo mentalmente. Para mi los Juegos Olímpicos son una oportunidad para los atletas de exigirnos juntos, de superarnos a nosotros mismos y de inspirar a las generaciones futuras y no una competencia entre países para ver quién está más alto en el medallero. Creo que el hecho de clasificar o no, o el resultado que obtengamos no tiene que influir en nuestra felicidad ni en la de los demás. Cada quien está viviendo una experiencia diferente y haciendo lo mejor que puede y mi mayor deseo es que aprendamos a apoyarnos, respetarnos y demostramos empatía unos a otros.
Desde que comenzó mi sueño de clasificar a mis primeros Juegos Olímpicos he recibido una cantidad inmensa de ayuda, de familiares, amigos, instituciones y empresas. ¡Muchas gracias a cada uno de ustedes!