Hace unos días el presidente López Obrador señaló en su conferencia matutina, que algunas organizaciones sociales recibían dinero de la embajada de Estados Unidos. Ese hecho –de comprobarse- incide directamente en el proceso electoral en curso, porque los beneficiados tienen una clara tendencia política.

Incluso, el mandatario mexicano informó que envió una nota diplomática al gobierno de Joe Biden, para que confirme si la embajada de Estados Unidos ha dado recursos a organizaciones como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

Este asunto, puede tener una repercusión importante en la política nacional, porque dentro de la organización citada aparece el nombre de uno de los más conocidos retractores de AMLO. Se trata de un empresario que desde 2016, ha organizado varias campañas negativas en contra del hoy presidente y quien actualmente aparece como el artífice de la coalición entre el PRI, PAN y PRD, Claudio X González.

La información que López Obrador presentó, incluye cifras y facturas. Según sus datos, durante 2018 a 2021, el dinero va de los 3 millones 279 mil 136 pesos a los más de 13 millones 460 mil pesos, solo en 2020.

Para algunos, habría que esperar la respuesta de la embajada del país vecino que puede desmentir al propio presidente. Pero mientras eso ocurre, Sergio Gutiérrez Luna, representante de Morena ante el Instituto Nacional Electoral (INE), pidió al órgano electoral investigar y sancionar al empresario Claudio X González, a la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y a la coalición Va por México, integrada por el PAN, PRI y PRD.

Lo anterior, porque en la legislación electoral se prohíbe de forma expresa, esa forma de financiamiento. Según el morenista, los señalados “forman parte de la oposición en México y están recibiendo recursos económicos del extranjero”.

Quizá en medio del proceso electoral estas acciones se inscriben dentro de una estrategia de campaña. Hay que esperar que resulta de las primeras indagaciones que se hagan por parte de las autoridades.

Pero lo que llama la atención es que los partidos políticos señalados (PRI, PAN y PRD) jueguen de esa manera. Quizá dentro del esquema panista no hay mucho que señalar. Su propia ideología, sus formas y sus constantes acercamientos con grupos conservadores de Estados Unidos no provocan ninguna extrañeza.

Pero en el caso del PRI y el PRD, cuesta trabajo pensar que se presten a estos entendidos. En su seno, los dos partidos señalados tienen una ideología nacionalista (o al menos así aparece en sus postulados). Se dicen defensores de los bienes de la nación (al menos en el discurso) y constantemente se declaran enemigos del intervencionismo.

De esta manera, si el asunto se comprueba, dejarán en duda aquellas viejas luchas que los identificaron. Por ejemplo, aquella figura del presidente Cárdenas cuando nacionalizó el petróleo. Esa historia parece no importar cuando está en juego el poder.

Lo más extraño es que el PRD (lo poco que queda de él) esté en medio de ese dilema existencial, porque en la elección de 2006 cuando postuló al actual presidente López Obrador, se quejó amargamente por la campaña orquestada por Claudio X González donde señalaba que “AMLO era un peligro para México”.

Ahora, años más tarde, parecen olvidar ese penoso capítulo de la historia política del país. Incluso, ellos mismos (el PRD) en respuesta a esa campaña negativa, utilizaron a Elena Poniatowska para pedirle al PAN y a los empresarios, incluido Claudio X González que no difamaran, que jugaran limpio.  

Al parecer han cambiado muchos las cosas aunque los actores políticos y empresariales siguen siendo los mismos.

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