En estas semanas surgieron a la luz unos supuestos audios respecto de una presunta conversación entre el Fiscal General de la Repúblico y uno de sus supuestos subordinados por medio de la cual se desprende que presuntamente existía un arreglo para que un asunto de interés especial del Fiscal tuviera una conclusión a beneficio del mismo.
En primer punto, las acusaciones previamente señaladas no solamente considero son un escandalo nacional, sino una preocupación de todos quienes vivimos en nuestro país, no puedo asegurar que sean ciertas o no y por ende tampoco puedo condenar hechos que no han sido probados como ciertos.
Sin embargo, si es preocupante que posterior a que hayan surgido dichas supuestas comunicaciones no haya existido una sola declaración y que ni siquiera haya surgido una investigación al respecto.
Lo anterior, es necesario puesto que, aquello que fue escuchado en los audios consiste en su supuesto tráfico de influencias que pudiera dar como consecuencia la desconfianza total en el sistema de justicia de nuestro país.
Imaginar un país donde el Supremo Tribunal no solamente es presionado, sino que pacta con la Fiscalía para crear sentencias contrarias a derecho, con lo que no solamente se demostraría la parcialidad y el amiguismo, sino un influyentismo que destruiría cualquier atisbo de confianza sobre el sistema de justicia.
Por tanto, es que insisto que no podemos juzgar un hecho que no se ha comprobado, pero como sociedad si nos debe de preocupar la existencia de indicios públicos que derrumban toda confianza sobre el sistema de justicia y una opacidad por parte tanto de los servidores públicos supuestamente involucrados para pronunciarse al respecto.
Un sistema de justicia debe de ser tan transparente que no solamente las decisiones sino el proceso de las decisiones debe de ser público puesto que, la justicia no es una cuestión que le interese a algunos sino a todos.
Como consecuencia, la investigación inmediata de los eventos de forma ajena a los intervinientes, mediante un proceso imparcial es necesario para poder confiar en un sistema de justicia que hasta hoy se ha mostrado opaco.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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