“La basura no habla pero dice mucho de quien la tira”. Definitivamente la basura descubre muchos aspectos de nuestra persona y con esto se puede conocer el carácter, los hábitos de consumo, el respeto, la educación y el civismo de cada uno de nosotros. Quienes califican esta manera de ser son:
“Los vecinos de cada colonia, los maestros, los compañeros de trabajo, nuestros hijos, los empleados y sobre todo los recolectores de basura, que cada día o periódicamente pasan a recoger nuestros desechos.”
Como sociedad la manera de deshacernos de la basura nos distingue como pueblos, comunidades y ciudades limpias, con ciudadanos cuidadosos y educados.
“Son los visitantes y turistas los que tachan a los pueblos de cochinos, feos, pestilentes, desagradables en donde se tira basura en las calles, parques, jardines, camellones, ríos, canales, terrenos baldíos, playas, bosques etc.”
A pesar de los diversos y continuos llamados a poner la “basura en su lugar” muchas personas no lo entienden y se convierten en culpables del desastre ecológico, ya que la basura impacta negativamente al medio ambiente y a la salud de la población.
Es responsabilidad de cada persona que la disposición de los residuos que se generan sea la correcta, empezando en casa separando la basura orgánica e inorgánica, envases de plástico, pet, cartón etc. cuando se colocan adecuadamente en el contenedor o cuando se entrega directamente al Camión Recolector. Los comercios, fondas, restaurantes, puestos ambulantes y talleres tienen que disponer convenientemente de los residuos, ¡que desagradable! es ver llantas usadas, tiradas a las entradas y salidas de pueblos y ciudades o afuera de los parques eco turísticos.
Da vergüenza que los viajeros vean regada la basura por todas partes; muchos de ellos se sienten decepcionados de visitar estos lugares que se ofertan como Pueblos con Encanto o Pueblos mágicos en el caso de Tulancingo Pueblo con Sabor y convivir con calles, mercados, restaurantes sucios. Últimamente hemos visto con desagrado que nuestra ciudad se ve llena de basura por todos lados.
Si revisamos la historia de cómo era la recolección final de residuos sólidos en Tulancingo nos daremos cuenta de lo que ha cambiado:
“ En los años 50 del siglo pasado recordamos cómo todos los días pasaba el camión de la basura en su recorrido dos cuadras antes uno de los encargados pasaba a pie tocando la famosa campana, el frente de cada casa debería estar barrido colocando la tierra y la basura en un montón abajo en la acera junto con el bote de la basura doméstica, posteriormente un camión de volteo recogía la tierra y la basura, los recolectores eran personas que estaban de arresto por faltas administrativas; casi siempre eran los borrachitos que se encontraban tomando en la vía pública o los que armaban escándalo en la calle.”
La disposición final de los residuos sólidos eran los tiraderos a cielo abierto que provocaban grandes molestias a la salud de los pobladores que vivían cerca de los basureros. En los años 80 y 90 una franja del bosque de Huajomulco tristemente se convirtió en tiradero municipal, posteriormente se trasladó a un cerro en El Abra, en este tiempo existieron tiraderos clandestinos por toda la carretera hacia Acaxochitlán.
Hoy en el siglo 21 padecemos de este mal, el cual todos los habitantes debemos detener: las bolsas de plásticos, las envolturas de botanas los botes de refresco y botellas de pet, junto con los cubre bocas etc. son la muestra de nuestros malos hábitos de consumo.
Esta frase de “La basura no habla pero dice mucho de quien la tira” señala a cada uno según su educación, fue tomada de una campaña de limpieza en Malinalco Estado de México.