Si algo se vuelto común en nuestro país tristemente, es la cotidianidad con la que se habla y se viven los delitos por parte de los afectados puesto que, para pesar de todos nosotros, cada día aumenta el número de personas que se consideran víctimas de algún tipo de delito, sea que este sea comprobado o se haya investigado o no, o si se ha investigado, no se haya llegado a ninguna conclusión, por falta de trabajo de las autoridades.
Sin embargo, un hecho cierto es el aumento desmedido en que la población reciente día con día, las actividades delictivas, mismas que se insertan en la sociedad y que parecieran ser una cotidianidad que no puede ni debe continuar.
En tal sentido, una idea que ha permeado ha sido la criminalización de las acciones y el aumento desmedido de las penas, con la finalidad que ello logre disminuir las problemáticas sociales.
No obstante, hasta este momento se puede asegurar que esa idea es un rotundo fracaso, puesto que aun y con el aumento de las penas y el aumento de los hechos considerados como delitos, la inseguridad no ha disminuido por el contrario ha aumentado.
Si bien, es preciso señalar como aumentan las penas y las posibles condenas, puede sonar de maravilla, pero lo cierto es que la experiencia nacional e internacional, demuestra que la criminalización y el aumento de las penas nunca ha sido la solución.
Por el contrario, las naciones que más éxito han tenido en la lucha contra la delincuencia, han invertido menos en criminalizar conductas y en aumentar sus penas y mucho más en realizar un ataque frontal eficientizando y volviendo más efectivos a sus elementos de policías y mucho más imparcial y profesional, a su sistema de justicia.
No dudo que nuestro país transita por un momento difícil, pero los cambios que se hagan tanto a nuestro sistema de justicia, hoy serán transcendentes en un futuro.
juanfer_lm@jfg