Es un hecho que la población en general considera que el sistema de justicia mexicano es lento y pocas veces es efectivo, no podemos negar la mala visión que la sociedad tiene sobre nuestros tribunales.

Lo que es más sería un error intentar mentirnos y pensar que nuestra población esta conforme con el papel que la justicia ha demostrado en nuestros días, lo cierto es que no es así.

La respuesta ha sido intentada dar de diversas maneras, la primera es buscando sentencias del agrado de la población, lo cual no implica que sean justos ni mucho menos que resuelvan la problemática social, pero si puedan ser consideradas por los políticos y por el pueblo como un falso referente de la aceptación de las exigencias ciudadanas.

Sin embargo, no hay mayor mentira que una sentencia popular sea justa puesto que, una sentencia puede ser popular, pero no justa una sentencia puede ser justa y no ser popular puesto que, si bien el pueblo ansia sed de justicia en grandes ocasiones no sabe como conseguirla y es por ello que se ha instaurado un sistema jurídico como el nuestro.

En segundo punto, se ha intentado aumentar las penas lo cual se ha demostrado tampoco sirve puesto que, por el contrario, ello no persuade a disminuir el índice criminal sino a nulificar la idea de la reinserción social y aumentar el número de personas dentro de las prisiones.

En ese mismo sentido, se ha implementado la denominada prisión preventiva oficiosa con la finalidad de tener a las personas privadas de su libertad hasta en tanto se resuelva su inocencia o culpabilidad, lo cual solo ha creado verdaderas víctimas del sistema.

Lo anterior se demuestra con la imposibilidad que ha tenido el Estado para disminuir los índices delictivos puesto que, estas medidas han demostrado ser ineficaces y ineficientes para lograr un verdadero Estado Constitucional de Derecho.

Lic. Juan Fernando González Espinosa

juanfer_lm@hotmail.com

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