Con la presentación del gabinete de Claudia Sheinbaum durante las últimas dos semanas, han iniciado las especulaciones acerca del futuro de la supuesta unidad inquebrantable de la 4T.
La designación de ex Canciller Marcelo Ebrard, como Secretario de Economía, la coordinación de la bancada morenista en la Cámara de Diputados que presuntamente encabezará Ricardo Monreal, así como la coordinación que encabezaría Adan Augusto López en la Cámara de Senadores, han generado debates entre los simpatizantes del oficialismo, quienes ya empiezan a preguntarse ¿que tan sostenible es la unidad de la Cuarta Transformación durante el siguiente sexenio?
Tan pronto como fue anunciado el gabinete de la virtual Presidente de la República, Claudia Sheinbaum, varios morenistas de la rama más obradorista, cuestionaron que se le designara una labor tan importante a Marcelo Ebrard, como lo es el conducir el rumbo económico del país.
Si bien, la experiencia académica, política y diplomática de Ebrard lo acreditan para desempeñar su titularidad, muchos cuestionan su lealtad al oficialismo debido a su renuencia a reconocer en un inicio el triunfo de Sheinbaum en las elecciones primarias de la 4T.
También se cuestiona que Ricardo Monreal, quien durante el último sexenio se distanció del movimiento y que como senador votó en contra de varias iniciativas presentadas por López Obrador, se encargue ahora de coordinar a los diputados morenistas.
Sobre el papel de Adán Augusto López en el Senado, gran parte de los simpatizantes de Morena se lo adjudican a una cercanía personal con el Presidente López Obrador, a un verdadero liderazgo y habilidad política por parte del ex secretario de gobernación, situación ante la que el diputado y próximo senador, Gerardo Fernández Noroña, ya ha expresado inconformidad.
A diferencia de López Obrador, Claudia Sheinbaum no es percibida por los simpatizantes ni los liderazgos de la 4T, como una figura unificadora e incuestionable, por lo que sus desiciones se verán sometidas a un escrutinio constante y la labor de cohesión que tendrá que desempeñar a lo largo del sexenio se percibe compleja y permanente, y será quizás su prueba de fuego en términos políticos.