Hoy vimos un acto más de fuerza policiaca ahora en contra de diversos representantes populares en la Ciudad de México y es indigno que sea el momento que la gente se encuentre indignada puesto que, los actos de fuerza policiaca contra cualquier ciudadano deben de ser reprobados en todo momento y no solamente contra ciertos ciudadanos.
Me parece que es momento que como sociedad comencemos a demandar un Estado Democrático de Derecho donde la fuerza y la represión por parte del Estado sea la última ratio, es decir es necesaria una policía que sea capacitada para poder contener a las masas sin necesidad del uso de la fuerza pública.
En tal sentido, siempre me pareció una idea digna de aplaudirse la desaparición de los granaderos en la capital de nuestro país, puesto que un Estado que reprime a sus ciudadanos es un Estado que no escucha a su pueblo.
Por tanto, es que, si bien la policía tiene el deber de salvaguardar el orden y la paz, debe de velar por el como lograr y en tal medida garantizar que las manifestaciones y la expresión de la sociedad sea escuchada.
En consecuencia, siempre surgen las voces que llaman al orden y señalan de las manifestaciones actos vandálicos e ilícitos que quebrantan el Estado de Derecho y me parece que es cierto que ello es lo que debe de proteger el Estado a través de la policía, pero no a cualquier costo ni, de cualquier forma.
En cambio, el Estado debe de garantizar que su policía pueda hacer frente para salvaguardar los derechos de terceros sin lesionar a los manifestantes, pero sin la existencia de los protocolos debidos y sin el cumplimiento de las normativas impuestas para que los policías acaten lo establecido no solo por sus superiores sino por las normas naciones e internacionales, sin duda una manifestación se convierte en una batalla entre el más fuerte y el más débil.
Es por ello, que es tarea de nuestra sociedad pugnar por mejorar la capacitación de nuestras policías y crear protocolos efectivos durante las manifestaciones
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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