Hace unos días el precandidato de Morena al gobierno del estado de Hidalgo, Julio Menchaca publicó en sus redes sociales una foto que testimoniaba una reunión en el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. Pocos días después, la otra precandidata de la Alianza Va por México, Carolina Viggiano hizo lo propio con el mismo funcionario federal.
De ahí en adelante la especulación ha crecido para alimentar versiones de todo tipo. Se dice, en principio, que la foto con la candidata del PAN (que en realidad es del PRI), manda un mensaje para quienes aseguran que hay una negociación en las altas esferas.
Según estos infundados rumores, existe un acuerdo para “ceder” el estado de Hidalgo para que gane el PRI, a cambio de los votos necesarios en la cámara de diputados, para aprobar la reforma eléctrica.
Es decir, Morena que lleva más de 30 puntos de ventaja en el estado de Hidalgo tendría que hacer algo insólito para cambiar las tendencias y dejarse perder con una candidata que repudiada en su estado natal.
Esto, además de ilógico, suena fantasioso. Porque nadie es capaz de modificar dichas preferencias electorales por voluntad propia. Estos números representan miles de voluntades que han decidido ponerle fin a una larga etapa caciquil en Hidalgo y por su contundencia, parece que hay muy poco margen para que los resultados cambien.
Además, una reforma eléctrica con todo lo que representa no puede ser negociable por una entidad federativa. Cual más si se trata de un estado pequeño que no tiene una relevancia estratégica a nivel nacional. Es decir, esa falsedad se cae por sí misma.
Aunado a lo anterior, “negociar” con los Moreira (hay que recordar que Viggiano es esposa de Rubén y cuñada de Humberto del mismo apellido y ambos ex gobernadores de Coahuila), es algo impensable proviniendo de un gobierno que pregona la transformación del país.
De tal suerte, que la imagen del secretario de gobernación con candidatos de distintos partidos solo representa la capacidad de diálogo que se mantiene en esa dependencia y seguramente el afán de conducirse con civilidad en el proceso electoral donde se renovaran seis gubernaturas en el territorio nacional.
Por el bien de todos hay que erradicar esas teorías conspiracionistas que lo único que hacen es enrarecer el clima político. No se quiera hacer sofisticada la lectura política de la actualidad. Lo único cierto es que los votantes son mayores de edad y no obedecen a caprichos de nadie ni entendidos políticos de alto nivel.
Por el contrario, el comportamiento político en la actualidad viene determinado por factores que se construyen en la psique de cada persona y resulta ingenuo que algunos pretendan cambiar esos parámetros con campañas más o menos ingeniosas.
Falta mucho trecho por delante y seguramente otros malabares estarán formulando los especialistas en campañas. Hay que tener cuidado porque muchas de estas artimañas son harto conocidas. Ojalá que la madurez anteceda en las campañas que inician el 03 de abril del presente.
Enrique López Rivera
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