En días anteriores fue aprobado en el Senado el acuerdo que reformará al Poder Judicial de la Federación, a través de los cambios planteados en la Constitución, si bien el acuerdo aprobado no es decisivo, puesto que deberá ser revisado por la Cámara de diputados y posteriormente aprobado por la mayoría de los congresos locales, también lo es que permite vislumbrar una serie de cambios que bien nos dejan mucho que pensar.
En primer término, debemos de señalar que la reforma buscar crear una corte de verdadera talla constitucional, lo cual no es una idea que perjudique la justicia mexicana sino por el contrario que busca mejorarla.
Sin embargo, debemos de recordar que el mayor problema de la justicia federal, es que los asuntos que se toman en consideración en corte federal no son estudiados, puesto que en su mayoría son sobreseídos ello implica que sin estudiar el fondo del asunto son encarpetados.
Por tanto, es que no importa la reformas a la ley que se plantean si el verdadero problema se encuentra en la falta de estudio por parte de los órganos constitucionales que en su mayoría no estudian los asuntos puestos a su consideración.
Imagínese usted que si se ha violentado un derecho en su contra tiene la gran posibilidad de acuerdo a las estadísticas realizadas que no se estudie. Ahora bien, la presente reforma permite que los asuntos no lleguen a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dado que amplia los requisitos para que un asunto pueda llegar hasta el máximo tribunal.
En tal sentido, que ahora uno de los requisitos necesarios para que nuestro máximo tribunal estudio un asunto es que el mismo tribunal lo considere relevante, puesto que de no considerar el asunto relevante lo desechara y la persona ya no se podrá quejar de la resolución obtenida.
En consecuencia, es que me parece que la reforma no amplía los derechos ya obtenidos anteriormente, contrario a ello permite continuar con la flojera judicial que impide llegar al estudio del fondo de los asuntos.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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