Hace pocos días, conmemoramos el día del niño y de la niña. Sin duda es una fecha que
nos hace reflexionar sobre sus derechos y la forma en cómo se garantizan por parte del
Estado.
Es el Estado a través de todo su aparato y de la sociedad en general, el que buscamos
garantizar día a día, los derechos de las niñas, niños y adolescentes, siendo necesaria su
participación de manera activa en las decisiones, tanto jurisdiccionales como en la vida
pública para lo cual es necesario su participación.
En consecuencia, se han establecido diversos lineamientos para considerar la
participación de las niñas, niños y adolescentes, puesto que si bien su voz es
trascendental y de suma importancia en todo proceso del cual sea parte, también es cierto
que no puede ser estudiada de la misma forma, que una opinión o incluso versión
establecida por ellos mismos.
Por tanto, el primer punto debe de comprender desde una versión diferenciadora de
un adulto a un menor de edad.
En segundo punto, se debe considerar la diferencia entre la edad y el desarrollo de
cada niño, niña y adolescente, puesto que no todas las personas menores de edad son iguales, puesto que cada uno tiene una edad y un desarrollo diverso y no se puede estereotipar de una forma unánime a todos.
Por lo tanto, es necesario considerar el desarrollo de la autonomía de cada persona menor
de edad y de acuerdo con ello, su participación en cada proceso será diversa y por supuesto mucho mayor.
Finalmente, es importante destacar la necesidad de consentimiento para participar en los procesos, puesto que sus derechos deben de ser reconocidos desde el primer contacto que tienen con el sistema jurídico.
En tal sentido, esta nueva visión de derecho establece el reconocimiento de las personas menores de edad, como participes y entes principales de los procesos, lo cual es fundamental para garantizar sus derechos.
juanfer_lm@jfg