Hace unos días todos disfrutamos de las fiestas las cuales deben de buscar no solo la paz y la armonía, sino una mayor humanidad en nuestra persona. Cada uno disfruto y festejo las fiestas como lo deseo y con las personas que decidió.
Sin embargo, debemos de pensar que todas las fiestas son para ser disfrutadas y tenemos un derecho tanto de descansar como de esparcimiento, que en pocas palabras es el derecho de divertirnos y podernos relajar, pero este como todos los derechos tiene limitaciones.
Por tanto, es que toda fiesta puede ser suspendida e incluso ser consecuencia de infracción administrativa al alterar el orden o incluso a terceras personas ajenas a la propia fiesta.
En ese mismo orden de ideas, estoy seguro que toda fiesta o acto de esparcimiento debe de ser limitado si causa algún perjuicio en el derecho de cualquier persona sea humana o no.
En consecuencia, es importante enfatizar el derecho que tienen las personas no humanas, es decir los animales respecto a su vida, misma que se encuentra protegida por el Estado e incluso positivado por el derecho estatal.
Lo anterior, cobra vital relevancia ya que, en las fiestas pasadas existió una diversidad de cohetes que alteraron a los animales en toda la región, lo cual me parece que no solamente es innecesario, sino que violenta los derechos de los animales.
Máxime que en honor a la verdad debemos de señalar que no existe una necesidad para las personas para ocupar cohetes, los cuales no solamente son inseguros sino altamente contaminantes y afectan a todos al afectar el medio ambiente.
Estoy seguro que el uso de pirotecnia durante cualquier fiesta es un agravio tanto para el medio ambiente como para lo animales, mismo uso que debe de ser regulado y prohibida tanto su venta como su uso indebido.
Hoy es momento de retomar una idea más sustentable tanto para el planeta como para todos quienes vivimos en él.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
juanfer_lm@hotmail.com