El día de ayer en el Senado se aprobó en lo general la regulación de la marihuana, lo que implica la creación de la Ley para la Regulación del Cannabis y el Instituto Mexicano de Regulación y Control de Cannabis.
Debemos de señalar que la legalización del consumo del cannabis, era un hecho que ya se había abordado tanto en sentencias de la Corte Mexicana como en regulación expresa.
En tal sentido, se da un gran paso en beneficio de los derechos humanos, puesto que el fundamento de la reforma es la libertad de cada persona de decidir sobre su cuerpo y sobre sí mismo.
Sin embargo, era necesario la creación de una reforma integral que permita hacer efectivo los derechos de las personas, puesto que, si bien se autorizó el uso lúdico del cannabis, estaba prohibida su venta.
Razón por lo cual es que era incongruencia jurídica pensar que una persona pudiera consumir una droga, pero se le castigaría por producirla y se le obligaría a acudir a un mercado “negro”, con la delincuencia organizada para adquirirla.
De tal suerte, que la presente ley es sin lugar a dudas un gran paso, para el combate contra la delincuencia, y una seguridad para los consumidores quienes si así lo decidiesen podrán adquirirla en un lugar seguro, sin tener que involucrarse con delincuentes.
En consecuencia, contraria a lo que muchos retractores han sostenido no implica que se este autorizando o inclusive incentivando el consumo de las drogas por el contrario el derecho esta regulando el consumo ya existente en el país.
En tal sentido, debemos de aceptar que existe un grupo de personas que han decidido de manera libre consumir diversidad de drogas y que tienen plena libertad para ello y es obligación del Estado evitar que dicho derecho se vea coartado o que inclusive su decisión de vida se ponga en riesgo por las decisiones de seguridad del propio Estado.
En conclusión, es que la presente reforma es un acercamiento a un país más solidario y tolerante que conlleva a una paz nacional.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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