“El virus no se cansa de nosotros” fueron las palabras pronunciadas por el director de la Organización Mundial de la Salud al hablar de la presente pandemia, misma que le ha costado a la humanidad millones de muertos y la cual hasta el momento ha tenido como única esperanza la vacunación.
En tal sentido, es que si bien la vacunación puede parecer lenta es hasta este momento la mejor arma para combatir la pandemia, pero el proceso no es igual de complicado para todos puesto que, si bien cada persona tenemos complicaciones diversas, debemos de tomar en consideración grupos en específico.
Por tanto, es que la vacunación en las comunidades indígenas debe de ser enfocada desde un punto de vista mucho mayor protector que en cualquier otro sector dado que, en ocasiones será necesario traducir no solamente las solicitudes sino la información completa y pertinente para que este al alcance de todos la vacuna.
En segundo punto, el enfoque y la perspectiva sobre una comunidad indígena lo que implica que la vacunación debe de ser explicada desde la idiosincrasia de la propia comunidad, tomando en consideración sus usos y costumbres.
Además, se debe de considerar la precariedad de la situación de cada una de las comunidades quienes en ocasiones son las más vulnerables.
Sin embargo, ante la necesidad de la aplicación de la vacuna y el poco tiempo que se tuvo para la preparación de la sociedad ante la misma pudiera ser comprensible que no se haya cumplido a cabalidad con los requisitos necesarios para que pudiera convencer a la comunidad indígena o incluso que no se haya incorporado los elementos indispensables para que la vacunación pudiera cumplir con lo indispensable.
No obstante, me parece que estamos en un punto critico en el cual es momento de enmendar los errores que se tuvieron y que pueden generar una verdadera protección a las comunidades indígenas, puesto que la tarea de todos es la solidaridad y la protección integral de la humanidad.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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