Hasta hace unos días se pensaba que la novela arancelaria se quedaría en dos vertientes versus China, por la hegemonía comercial mundial y versus México y Canadá, por temas de simple comercio y seguridad nacional (fentanilo y migración).
Sin embargo, cuando se procedió a los aranceles recíprocos a todo el mundo, la lupa de análisis cambio, porque los argumentos anteriores ya no son suficientes para explicar la presión comercial mundial.
Por lo tanto, para entender el tema medular y real de esta guerra comercial, debemos ir más allá y la raíz que lo explica es voltear a ver la cifra de deuda pública estadounidense.
Hoy 2025, es el país más endeudado del mundo; su deuda pública supera los 30.429.116 millones de euros, lo que significa alrededor del 118 % de su producto interno bruto (PIB).
En este contexto, la reserva federal estadounidense mantiene los tipos de interés elevados para controlar la inflación y en esencia para dificultar el pago de esa deuda.
Con los aranceles se pretende obligar a la Reserva Federal, a bajar esas tasas, ya que generan presión inflacionaria, tensión en las cadenas de suministro de productos, incertidumbre en los mercados bursátiles y frenar el consumo al encontrar productos más caros.
Todo lo anterior genera miedo e incertidumbre, siendo esta la antesala o escenario perfecto para una recesión, que obligaría a la Reserva Federal a recortar los tipos de interés buscando reactivar la economía.
¿Cómo?, inyectando liquides en la economía que a su vez suben los valores en los mercados bursátiles, la inflación repunta, lo cual le conviene a un país con deuda enorme, porque entre menor sean las tasas de interés, el valor de la deuda es menor por lo tanto es más fácil de pagar.
Pero eso no es todo. El arancel trae dos filos: el encarecer las importaciones obliga a las empresas a replantear sus estrategias: o asumo mayores costos o regreso mi planta de producción a Estados Unidos y evito esos costos, lo cual genera más fábricas en Estados Unidos, más empleo y más inversión.
Pero además, le fija a los estadounidenses una postura de superioridad respecto a los demás países que les impuso aranceles, ya que ellos presionados por estos costos extra en sus productos, buscarán negociar en mejores condiciones para los estadounidenses.
Trump es un maestro en el ajedrez geopolítico, con los aranceles castiga al producto extranjero y a su vez, fortalece el producto nacional y posiciona a su industria a nivel mundial en mejor posición que el resto.
El mundo se está dividiendo en 3. Estados Unidos, Rusia y China y está claro que Estados Unidos, quiere la ventaja en el control mundial.

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