Como parte del desglose de las actividades del gobierno estatal en el segundo año de la administración, este día iniciaron las comparecencias de las y los secretarios ante los diputados locales.
Este ejercicio republicano, debe marcar un antecedente dentro de las instituciones que en otros tiempos no ejercían a cabalidad con el postulado democrático de ser contrapeso entre ellas. Es decir, la lógica de acumulación de poder, no permitía que un órgano de representación (Congreso) pidiera cuentas al ejecutivo.
Ahora, eso esperamos todos, las condiciones pueden ser distintas, aunque nuevamente la configuración de aquella soberanía sigue teniendo una amplia mayoría para un partido que por si solo representa la mayoría calificada.
Aun así, las y los diputados tienen la obligación (aunque compartan la misma línea ideológica con el gobierno), de ser la voz del pueblo y exigir un efectivo ejercicio de rendición de cuentas. Esa es su razón de ser. Proteger los intereses de sus representados ante el tomador de decisiones.
Con este enfoque, el día de ayer iniciaron estos ejercicios con la intervención del secretario de gobierno, el licenciado Guillermo Olivares Reyna, encargado por la naturaleza de su responsabilidad, del manejo de la política interna.
A juzgar por el ejercicio, fue provechoso el intercambio de preguntas y respuestas entre el funcionario y los representantes populares, quienes cuestionaron los temas de seguridad, protección civil, relación con grupos de presión como antorcha campesina, entre otros.
Con este antecedente, seguirán las comparecencias a lo largo de esta semana y la que sigue, para que los funcionarios estatales amplíen la información y entren en detalle sobre las acciones y decisiones que han tomado dentro del marco de su competencia.
Todavía hay mucho que aprender sobre el particular, porque en nuestra tradición política un solo partido dominaba esta esfera de representación y los diputados en algunos casos, solo eran observadores de lo que ocurría en el ejecutivo local.
Ahora, sin embargo, los tiempos políticos exigen mayor involucramiento con los asuntos públicos, de tal manera que unos y otros (ejecutivo y legislativo) deben de ser, en el marco legal, instituciones que trabajen de manera conjunta en favor de los hidalguenses.
Lo anterior, sin violentar su autonomía y el equilibrio que cada poder debe tener dentro del esquema clásico de división de poderes. Donde ninguno vale más que el otro y el conjunto de todos ellos fortalece el musculo democrático.
En este sentido, se debe de alimentar el debate parlamentario para que las demandas de la gente hagan eco en la voz de sus legisladores. También hay que acostumbrar a los funcionarios a la dinámica de presentar un reporte de actividades y justificar sus decisiones.
El ser escrupuloso con los servidores públicos hace mejores ciudadanos y permite avanzar hacia un sistema democráticos donde unos vigilan el buen actuar de los otros.