Las formas del poder
Elecciones atípicas en Hidalgo
Experiencia de priistas
Juventud de “Independientes”
LA DIFERENCIA DE
DAR MÁS POR MENOS
Todo el tiempo, la democracia ha ocupado un lugar privilegiado en los procesos políticos electorales en el México Mágico de gobiernos inútiles e ignorantes, que se han servido de la necesidad y miseria de millones de familias, para alcanzar la fama y el poder que el voto define como triunfos.
No hay diferencias de personajes, porque la esencia es la misma así como las deslealtades y la lucha incesante detrás de grandes fortunas, aunque a veces para algunos, el precio es la cárcel y el descrédito en la descarada relación con la corrupción y la impunidad.
El vacío de poder y los malos gobiernos, también han provocado víctimas como lamentablemente el presente lo ha reflejado con indecisiones e innumerables desaciertos, en el sector salud.
La desigualdad no impacta únicamente en lo económico. También en los servicios educativos, en la cultura y en la ciencia, los que contribuyen a la debilidad de nuestro país. Todo combinado determina sin ninguna justificación, el porqué de la violencia, el crimen y la inseguridad sean el peor enemigo de pueblo mexicano, que se muestra dominante ante la incapacidad de gobiernos y autoridades. No existe un antídoto ni medidas de prevención porque uno nunca sabe en qué momento seremos víctimas del desastre social al que todos de una forma u otra hemos contribuido a crear.
Distintas formas del poder, han dominado el escenario presidencial pero no han podido detener la fragmentación política entre la sociedad, porque las decisiones que han tomado no son las correctas para ayudar al pueblo ni fortalecerse políticamente, quienes representan algún cargo de elección constitucional y por eso, nuestra nación va avanzando en el tiempo entre alternancias políticas y el arrepentimiento de la gente después de cada victoria apoyada en falsas promesas y fantasmas perdidos en un inexistente paraíso.
El gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, destructivo con su principal adversario, el Partido Revolucionario Institucional en el que comenzó a construir los cimientos de lo que es ahora, sigue siendo destructivo, sólo que ahora lo es con todos los mexicanos que votaron a favor de su obsesión por el poder y la fama que ahora podemos ver, resultó pura ilusión.
Entonces en la política ¿nadie es bueno? Porque nadie cumple su juramento y prácticamente todos, en medio siglo, han terminado siendo un desastre y el pueblo es el responsable.
El poder político sobre la desigualdad que protegen los programas electoreros, saben cómo administrar el dinero para comprar la necesidad de la población en sectores campesinos, indígenas y de adultos mayores, sobre los que se ejerce un mayor dominio del sufragio. Incluso existen líderes capaces que ven afectada una respuesta positiva de la gente, porque el populismo ha sido más fuerte que la razón y que la ideología de la ciudadanía, ausente en las urnas.
En la actualidad nos enfrentamos a muchos enemigos comenzando por la incredulidad, la incertidumbre, la decepción y el hartazgo de los distintos sectores sociales y dirigentes de sectores empresariales y productivos, que mueven la economía que aún mantiene cierto equilibrio en nuestro país y nos permite valorar la libertad y la paz, entre el éxito temporal de nuestros representantes populares: por eso considero que el afecto de la gente hacia los buenos gobernantes volverá a ser políticamente el arma más poderosa para vencer a los falsos y oportunistas profetas.
POLÍTICOS
MUTANTES
En un paseo por las nubes, así se ven a la mayoría de las y los candidatos a presidentes municipales en el Estado de Hidalgo, que antes de hoy formaban parte de las filas leales de los partidos políticos, con más fama y fortunas acumuladas por sus líderes, a costa del pueblo engañado y traicionado tantas veces como políticos “pobres-ricos”, que hemos visto sobrevivir en una de las peores experiencias que jamás hubiesen imaginado.
Libres de la responsabilidad de dirigir a un municipio en medio de la crisis histórica de la pandemia del covid-19, que desnudó aún más las diferencias y desigualdades evidentes, entre cada ciudad o municipio de todos conocidas.
Cada personaje dibuja e inventa a su modo, ideas de supervivencia para acceder a la confianza electoral, pero el mejor examen es el que han aplicado las y los ex alcaldes evidenciando logros y desaciertos que inspirarán al voto a favor o en contra el próximo 18 de octubre.
La imagen que ilustra el escenario electoral en esta entidad, es el que podría dominar las victorias con candidatas y candidatos “Independientes”, como los actores protagonistas de moda según los formatos modernos de las tendencias, que dejan en segundo y tercer plano a los partidos convencionales y a sus discípulos, que impulsan una competencia más pareja en cuanto a lealtades y experiencias políticas que mantienen suficiente Poder Ciudadano, para ganar contundentemente en los municipios con mayor arraigo y tradicionalismo social.
Vemos a muchos políticos “convertibles” haber logrado lo que siempre anhelaron: ser candidatos, destruyendo una larga historia de servilismos y abnegaciones, que los doblegaron durante años ante el absolutismo, imposiciones y tráfico de influencias, que dejaron de dominar sus ambiciones.
Metafóricamente la política es como un alma sin corazón, es la visión que predomina en nuestro país escondida en la influencia del personaje más poderoso. En nuestra entidad el Gobernador Omar Fayad Meneses, motivo de una añeja tradición política que mantienen viva los líderes más importantes del Partido Revolucionario Institucional, PRI, y que sería posible refrendar en octubre ganando limpiamente.
Lo atípico de estas próximas elecciones son dos enfoques diferentes, basados en las tendencias y en las nuevas ideas, lealtad, arraigo, creatividad y realismo, como el que demostró el candidato priista Jorge Márquez Alvarado a la alcaldía de Tulancingo, en uno de los debates político-electorales más observados y participativos de estas campañas hasta el momento, en un esfuerzo de todos los abanderados por lograr la mayor puntuación ilustrada por el pasado y por el presente, en el que algunos niegan sus raíces y esconden el lado oscuro de la corrupción.
El segundo enfoque es el nacimiento de jóvenes políticos, que han ganado en tan poco tiempo la confianza de la gente decidida a un cambio definitivo, en municipios marginados como Acaxochitlán. El candidato Independiente originario de la comunidad indígena de San Pedro Tlachichilco, Erik Carbajal Romo, se ha posicionado y vuelto tendencia en este municipio también con el principio de juego limpio y sin la compra de votos de hambre.
El 18 de octubre próximo, los ciudadanos de esta localidad que forma parte de la zona Otomí-Tepehua, tendrán la oportunidad de decidir el destino de sus familias hacia un rumbo realmente distinto en una necesaria reflexión del voto.
La conclusión de estas campañas la definirá el impacto que tenga cada una y cada uno de los candidatos, de acuerdo a la historia que acusa las mentiras de los “Prianistas”, que valiéndose de un falso ambiente y juego sucio, respiran la derrota…hasta entonces.