El pasado domingo 11 de junio del presente, el Consejo Nacional de Morena se reunió para definir lo procedente en su proceso interno de selección de candidata (o) a la presidencia de la república. El evento tiene relevancia porque según las preferencias por partido, de este proceso saldrá el nuevo inquilino o inquilina de Palacio Nacional.

No solo por ese es importante el evento, sino porque este partido (movimiento), pregona una nueva forma de hacer política; y en consecuencia, está obligado a presentar nuevas alternativas para designar al sucesor de la llamada cuarta transformación.

Esto es, la manera tradicional solo se limitaba a una voluntad personal. Es decir, en el régimen priísta, el presidente designaba a su sucesor. Dicho proceso era incuestionable y su partido solo tenía que “respaldar” dicha propuesta.

Ahora, al parecer, se pretende democratizar ese proceso crucial para cualquier partido político en el poder. Porque la continuidad de su proyecto, es de largo aliento (eso han dicho los morenistas) y no están dispuestos a dejar el poder que ahora detentan.

En consecuencia, ese partido tuvo una serie de definiciones el pasado fin de semana. De entrada, definirá por encuesta, la Coordinación de Defensa de la Transformación. Este nombre largo no significa nada en particular. Solo que por cuestiones legales, el ganador o ganadora de esa encuesta no puede decirse candidato.

Después, el Consejo Nacional de Morena invitará a las 4 personas que cuentan con el perfil para participar en dicho proceso. Es de todos conocido quienes aspiran a dicho cargo: Claudia Sheinbaum Pardo, Marcelo Ebrard Casaubón, Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila.

A los anteriores hay que sumar a dos personas más, que postulen los aliados electorales de Morena, es decir, el PVEM y el PT. Todo parece indicar que Manuel Velasco Coello y Gerardo Fernández Noroña serán los que lleven esa responsabilidad.

De tal suerte que tendremos en un ejercicio de encuesta para seis personas, que recorrerán el país con el objetivo de “informar sobre los logros de la 4ta transformación y promover la democracia”, eso dice el documento que firmaron los guindas, una vez que concluyó su Consejo Nacional.

Otra de las fechas que tiene importancia, es el periodo que va del 28 de agosto al 3 de septiembre. En ese plazo se llevará a cabo el levantamiento de la encuesta por parte de la Comisión de Encuestas y las empresas seleccionadas, con representantes de los aspirantes.

Para que el 06 de septiembre, la misma Comisión de Encuestas entregue resultados al Consejo Nacional y Comisión de Elecciones. A su vez, se informa al presidente del CEN de morena y de aliados, para la presentación de resultados públicamente con los participantes.

Este recorrido tiene dos matices importantes. Primero es que Morena entiende bien los tiempos electorales y sabe que adelantándose al proceso legal, puede tener muy buena ventaja competitiva. Es decir, el proceso referido será noticia todos los días y con eso gana mucho, en el ánimo de los posibles votantes.

Y segunda, deja fuera de foco a sus competidores, quienes no tiene reglas claras para elegir a su candidato o candidata a la presidencia. De hecho, hay tantos aspirantes que se antoja difícil saber como pudiera ser depurada esa lista y presentar una oferta competitiva.

Hasta este momento el primer movimiento de morena parece acertado. Solo resta conocer si todo lo planeado saldrá como lo planearon al principio porque todos los aspirantes guindas se han manifestado seguros de ganar las encuestas. Al tiempo.

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