· Líder de Morena bajo sospecha y panistas como objetivo
· Usarán a José Luis Lavalle y Emilio Lozoya para hundirlos
· Napito desobedece el regreso de 55 millones de dólares
Un alto mando militar acudió el 22 de diciembre a Palacio Nacional.
Llevaba un extenso expediente de un tránsfuga de MC y flamante militante de Morena.
Fue enviado a una entidad a manejar las candidaturas del partido de Estado: aspirantes a gobernador, a presidentes municipales, a diputados federales, a diputados locales…
-Vea usted -desplegó el divisionario en el escritorio presidencial.
Está ligado a tal cártel, tiene nexos directos con su capo, recibe dinero en tales cantidades, opera así o asado, el grupo de personas con quienes trabajan son éstas…
Las miradas se fijaron en el mapa de fotografías, sus supuestos encuentros con éste o aquél personaje del crimen organizado.
El alto militar de la Sedena (a cargo del general Luis Cresencio Sandoval) salió con su expediente bajo el brazo.
Casi cuatro meses después no ha recibido respuesta.
Y por supuesto, el delegado de Morena sigue a cargo de tal representación y como coordinador de las distintas campañas en esa entidad.
LOZOYA Y
LAVALLE
La historia viene a cuento por otro dato:
Hoy la mira presidencial está puesta en el PAN.
Todo a partir de dichos de un corrupto confeso, Emilio Lozoya Austin, y con cuya versión se pretende dinamitar la alianza Va por México.
¿Por qué contra panistas?
En el partido de Marko Cortés -y con él por supuesto sus aliados, el priísta Alejandro Moreno y el perredista Jesús Zambrano– hay una interpretación:
-Nos tienen miedo porque somos la oposición real.
Tal vez, pues suyos son los candidatos punteros en Querétaro (Mauricio Kuri), Chihuahua (María Eugenia Campos), Baja California Sur (Francisco Pelayo) y San Luis Potosí (Octavio Pedroza).
Pero sobre todo esa presa llamada Francisco García Cabeza de Vaca, a quien debe hundir el ex senador José Luis Lavalle para ampararse en el criterio de oportunidad.
Mayor beneficio tendrá si aporta datos de más compañeros ex senadores suyos.
Esta semana deberán desenredarse las cosas con dos comparecencias, la de Lavalle y de Lozoya, y a ver hasta dónde llegará el ataque a esos y otros panistas envueltos por el ex director de Pemex.
CINISMO
DE NAPITO
1.- Napoleón Gómez Urrutia ha entrado en la peor de sus rebeldías.
Se niega a regresar los casi 55 millones de dólares escamoteados a los trabajadores mineros en 2005, cuando huyó a Canadá para no ser alcanzado por la justicia.
Las autoridades federales, a través de la JFCA, le ordenó pagar ese dinero, pero ayer mandó a sus abogados para hacer acusaciones temerarias.
Según él, la presidenta de la Junta, María Eugenio Navarrete, es recomendada por el abogado Arturo Alcalde, quien “le hace el trabajo sucio a su hija”, María Luisa Alcalde.
Este juego tramposo afecta la política presidencial, fustigó, porque no le permiten consumar el robo a los trabajadores mineros.
La Junta no se dejó intimidar: reivindicó su decisión por mandato judicial y le pidió “conducirse en un plano de verdad y con apego a la legalidad”.
Y 2.- el jueves el empresario Ricardo B. Salinas Pliego presentará un espacio para impular un cambio cultural en México “innovador, próspero e incluyente”.
Adelantará programas como Arte y Cultura Grupo Salinas, Caminos de Libertad y Keyrnus, con los cuales se prtende continuar el fomento entre jóvenes de valores de libertad y de prosperidad.