Todo parece indicar que el destino del PRI en el valle de México está llegando a su fin. Las elecciones que se celebran este domingo en aquella entidad, indican una clara preferencia electoral por la candidata de Morena.

De tal manera, que el sello político que dominó por casi 100 años a los mexiquenses sufrirá una dolorosa derrota electoral, que los sitúa al borde de la extensión. Cuestión que parecería anecdótica en el mapa político, pero que en realidad reviste un duro golpe al priísmo más consolidado de los últimos años.

Este escenario viene a consolidar al centro del país, como una zona con vocación de izquierda, generadora de grandes transformaciones y consecuente a los cambios sociales más importantes.

También, impulsa un movimiento que tendrá influencia de gobierno en la mancha urbana más poblada del país. Es decir, CDMX, Edo. Mex. e Hidalgo, podrían convertirse en el capital político más importante de morena por el tamaño del padrón electoral que representan.

A este escenario se suma un nuevo elemento. A escasas horas de que concluyeran las campañas, un acontecimiento llamó la atención de los medios. Resulta que la periodista María Teresa Montaño Delgado, denunció una desviación de recursos por varios millones de dólares por parte de las autoridades del Edo Mex.

Lo anterior, ocurrió mientras la ahora candidata tenía una responsabilidad en el gobierno priísta. Lo que la involucra en aquel desfalco del dinero público. En su investigación, que se publicó en medios internacionales, la periodista ubicó contratos de 55 millones de dólares con empresas y particulares de todo México, muchos de ellos para productos y servicios vagamente definidos y disponibles a nivel local, tales como limpieza, mobiliario para oficinas, construcción y programas informáticos.

En teoría, las empresas y los contratos parecían legítimos, sin embargo, existían múltiples “señales de alerta”, según menciona la autora. Por ejemplo, en una búsqueda rápida en Google Maps, se encontró que las empresas a las que les habían concedido contratos lucrativos solían estar ubicadas en calles residenciales, lotes abandonados y centros comerciales. Algunas direcciones estaban vinculadas a varias empresas, o no existían; otras empresas no tenían una página web que funcionara a pesar de sus contratos multimillonarios.

En suma, este reportaje revela que el gobierno saliente emitió al menos 40 contratos que involucraban al menos a 15 empresas fachada y fantasma, cuyo valor ascendía a más de 300 millones de dólares, unos 5 mil millones de pesos.

Con esta hecatombe de información, los mexiquenses saldrán a votar en dos días. Y al parecer, el escenario es más que obscuro para la candidata del PRI, que decidió suspender todas las actividades públicas incluido su cierre de campaña.

Vaya final inesperado para aquellos que parecían gozar de la impunidad total en el desvío de los recursos. Seguramente, Alejandra del Moral estará pensando seriamente en “tirar la toalla” y pensar en una salida medianamente digna, que le permita pasar a la historia como la primera perdedora priísta en la entidad y no como la cómplice de un desfalco millonario, como el que describe el reportaje citado.

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