La semana pasada estuve de antojos dulces y aprovechando la temporada de las manzanas agridulces, decidí hacer la versión mexicana de la “tarte tatin”.
En primer lugar, para los que no la conocen o no están muy familiarizados con el término, la tarta es un pastel tradicionalmente redondo, compuesto de una capa de masa dulce cocida al horno y rellena de frutas, crema o chocolate. Existen las versiones pequeñas que son populares como bocadillos fríos individuales.
La “tarte tatin” en su idioma original francés, es hecha de una base plana de manzanas caramelizadas con azúcar y mantequilla. Su peculiaridad es que para su elaboración se hace al revés, es decir, en vez colocar las manzanas sobre la masa, estas se ponen por debajo y por encima la masa. Según los dichos populares, esta receta surgió por accidente en Francia a finales del siglo XIX, esto debido a su cocción al revés, y a pesar de ello y de las múltiples versiones del origen de este postre, la tarta fue bien aceptada. Hoy en día es de las tartas más populares en toda Francia.
Naturalmente, el éxito de esta tarta es la manera en como es preparada la manzana, que ya he mencionado en líneas anteriores, y de ahí surgen muchos postres europeos. Dicho con otras palabras, si la separamos de la masa, nos queda únicamente la “manzana tatin”, un suave y delicioso postre el cual hoy nos compete.
La primera vez que probé el sabor de la manzana tatin fue dentro de una crepa. Lo sé, suena algo bizarro, pero muy francés, les cuento…
El restaurante “La Route des Vins”, ubicado en la ciudad de Puebla y el cual he mencionado en varias ocasiones en mis textos de escritura creativa debido a que dediqué una temporada laborando ahí, tiene las mejores crepas de la ciudad.
Mi favorita es la nombrada “crêpe Mont Saint-Michel”, de queso camembert y manzana tatin. Para realizar esta crepa, la elaboración de la manzana es previa, al horno, logrando así una consistencia suave y dulce. Posteriormente, para hacer contraste con el dulzor, es acompañada de un buen queso y al final da una mezcla de sabores perfecta. A mi paladar lo era. Adicionalmente, yo pedía la crepa con un toque de almendras fileteadas tostadas por dos razones: la primera porque siempre me han gustado las cosas crocantes y la segunda, era para agregar esa consistencia de la tradicional “tarte tatin”.
Y en este momento se estarán preguntando: ¿cuál es la versión mexicana de esta dicha manzana? Sin más son las manzanas asadas o al horno.
En México, tendemos a utilizar diferentes frutas para postres o para conserva y esta receta de manzanas al horno, consta de las dos. Su preparación es como un postre, con azúcar y mantequilla, algunos usarán jarabe de arce o miel. Se retira el centro donde están sus semillas y se rellena de otras semillas al gusto como pasas, granola o nuez.
Si llegan a tener muchas manzanas en casa, pueden aprovecharlas al horno y así no se les echarán a perder. Yo las hice empapeladas con canela, esto ayuda a mantener el balance de todos los ingredientes y a tener una cocción más rápida. Además, siempre recurro a las manzanas de Zacatlán, pues dan un mejor sabor.
Evidentemente, esta receta no la inventé, la aprendí de mamá, ¿se les antojó?