En la antesala de la conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, es muy valioso recordar que en México, por cada 100 mil mujeres, 290 contraen este padecimiento cada año y 1 de cada 8, somos propensas y estas cifras van en crecimiento.
Sin embargo, no es un cáncer necesariamente mortal. Si se diagnostica a tiempo, existe un 90% de probabilidades de sobrevivir. Por este motivo, la detección oportuna y la posibilidad de acceder a tratamientos es clave.
Actualmente se considera que las mamografías son la mejor arma para la detección oportuna del cáncer de mama, entre mujeres de 40 y 69 años que se deberían realizar cada 2 años, porque es un estudio radiológico capaz de detectar principios de cáncer, cuando aún no se logra palpar un tumor.
Sin embargo la cobertura a nivel nacional para realizar este estudio, es insuficiente. Apenas alcanza el 20% para disminuir la mortalidad, es decir solo 1 de cada 5 mujeres.
Además porque su costo no es accesible para todas, pues oscila entre los $600.00 y $1200.00 pesos dependiendo de cada laboratorio. Eso nos ayuda a entender, porque una de cada dos mexicanas no se ha realizado nunca una mamografía en su vida.
El otro problema es la falta de cultura de la prevención, pues como señala la empresa encuestadora De las Heras, Demotecnia, sólo cuatro de cada 10 mujeres se autoexploran una vez al mes, para detectar este padecimiento.
Afortunadamente Hidalgo se ubica entre las diez entidades con las menores tasas de incidencia de cáncer de mama; el año pasado se registraron más de 100 fallecimientos por esta causa, pero para evitar que esas estadísticas aumenten, se requiere un esfuerzo mayor para destinar más recursos a la detección oportuna y campañas efectivas de sensibilización.
Como mujeres, este mes pedimos algo más que listones o edificios iluminados de rosa: la oportunidad de tener a nuestro alcance, la posibilidad de vivir y garantizar supervivencia de las personas afectadas