Este fin de semana las autoridades del estado de Hidalgo, decidieron dejar sin efecto una medida que restringía el flujo vehicular en la entidad. La idea consistió en prohibir la circulación para que de esta manera se redujera la movilidad y a la postre, el riesgo de contagios de covid 19.
Esta dura decisión (vigente por unos meses) empataba bien con los tiempos de emergencia, aunque muchos sectores se manifestaron en contra, porque sus unidades son utilizadas como instrumento de trabajo.
No obstante, y una vez que los contagios en la entidad se han reducido, se dejó sin efecto esta política pública. Esto trajo como consecuencia, que algunos lugares (pueblos mágicos, corredores turísticos, balnearios, entre otros), tuvieran una considerable afluencia en días pasados. Lo anterior, hay que celebrarlo por la derrama económica que representa para muchas familias que dependen de estos ingresos.
Pero casi al mismo tiempo, se conoció por parte de la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH), que suman más de 60 personas que integran el personal médico del Sector Salud en la entidad, las que han perdido la vida a causa de contagio del coronavirus.
Estos fallecimientos han ocurrido entre médicos, enfermeras, personal administrativo, de intendencia, camilleros, pero todos ellos trabajadores del sector salud en IMSS, ISSSTE y SSH. De tal suerte que los mensajes parecen cruzados.
¿Estamos todavía en emergencia? ¿Es necesario extender el tiempo de las restricciones de movilidad? ¿Los centros turísticos están tomando las medidas necesarias que recomienda la Secretaría de Salud? ¿Hay lugares que han sido multados por no tomar las precauciones del caso?
El punto es que llegamos a un momento en donde el gobierno en todos sus órdenes, ya no tiene el control de la situación. Incluso, cabe cuestionar si en algún momento de la pandemia, tuvo todos los medios para impedir la movilidad y reducir los contagios.
Dicho en otras palabras, tal parece que llegamos a una etapa donde cada uno es responsable de su propio cuidado. Si los establecimientos no toman las medidas necesarias nadie, vendrá a multarlo porque la débil economía no permite clausurar negocios de donde dependen familias enteras.
Esa que parece una irresponsabilidad, es quizá el único camino posible. Que cada uno tome las medidas necesarias. El gobierno (federal y estatal) ya cumplió con la primera etapa, brindarnos información, tomar medidas (buenas o malas) para lidiar con la situación, reforzar un sistema de salud de manera deficiente o eficiente según se considere.
Pero de alguna manera, desde el inicio de estos tiempos, nosotros mismos somos los que debemos de procurar al interior de la familia, del trabajo, entre los amigos, las condiciones de sanidad correspondientes. En resumen, las autoridades nos dieron los elementos necesarios para crear conciencia de lo que representa vivir en medio de una pandemia. Ahora solo queda por delante apostar a la conciencia individual.
En este sentido, cabe la reflexión sobre los gobiernos municipales, quienes fueron los más ajenos a las medidas sanitarias. Su bajo presupuesto, sus carencias económicas, pero sobre todo su desvinculación con el tema, hizo que prácticamente todas las medidas de cuidado a la salud se centralizaran.
Con estos mensajes cruzados debemos de vivir y tomar las medidas que nosotros mismos creamos convenientes. Es posible que algunos quieran salir a la calle a realizar sus actividades cotidianas como antes, habrá quienes decidan cambiar algunos patrones de conducta, otros invertirán mucho en sus cuidados personales. Eso implican los nuevos tiempos y en esa empresa, el gobierno manda con frecuencia mensajes cruzados.
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