Quien nuevamente despotricó abiertamente, como es su costumbre, fue el diputado del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña, pero ahora en Contra del gobernador hidalguense, Julio Menchaca Salazar.

Esto, porque se está llevando a juicio, a tres militantes de esta agrupación política aquí en nuestra Entidad.

Sin esperar a que sea el Poder Judicial, el organismo que decida sobre las denuncias, el legislador se queja del porqué de dichas acciones del Ministerio Público y del Tribunal Superior de Justicia, bajo su argumento de que ellos y Morena son casi hermanos.

Entonces este representante popular, con su postura, se olvida que en nuestra Constitución hay tres poderes libres y soberanos y no uno solo como ellos quisieran y que se llama presidencialismo absoluto.

Gimiendo sale a decir que siempre han sido fieles al Movimiento, por lo que no entiende cómo es posible, que se les esté abriendo procesos a tres de sus aspirantes a cargos de elección popular.

Y finaliza su sesuda argumentación al aducir que la detención de los petistas en Hidalgo, se trata de una persecución política como sucedía en el pasado.

Por lo que con esta defensa de Fernández Noroña, queda flotando una pregunta: no que muy demócratas y que ya no hay impunidad…

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Ante el grave problema de la falta de agua en gran parte del territorio nacional y obvio en tierras hidalguenses, ya han comenzado las protestas y marchas de grupos campesinos, quienes no saben cómo van a levantar cosechas sino cae agua.

No se trata de echar culpas a gobiernos pasados, que del color jamás se han preocupado, por ver hacia el negro futuro que ya nos alcanzó. 

El hombre o la humanidad, para que no haya enojo de las feministas, ya llegó a la luna, pero aún no encuentra la forma de desalinizar el agua de los mares, por ejemplo. 

En Pachuca, nuestra ciudad-capital, han comenzado a aparecer en algunas fondas y restaurantes, letreros en las puertas de los baños anunciando que no hay posibilidad de este servicio elemental, porque no hay el vital líquido.

En escuelas oficiales, principalmente, el problema sanitario es cada vez más grave y ya no digamos en los planteles alejadas de comunidades, ya de por si carentes de este servicio elemental.

Ahora ya nos topamos con que el agua no solo es vida, sino también muerte, pues enfermedades de diverso tipo se incrementarán mientras las administraciones federales, estatales y municipales, estén más interesados en hacer obras faraónicas que se vean, en lugar de por ejemplo, sembrar árboles que nada cuesta.

Pero mientras existan mentes obtusas como en el ayuntamiento de Zempoala, en donde los encargados de Ecología recorren el primer cuadro de la población para pedir que no se siembren árboles, porque no dejan estacionar a los carros de turistas que llegan a este pueblo mágico, principalmente los días de fiesta o los fines de semana, tampoco habrá agua para paseantes ni para los zempoaltecas del lugar, pues Tláloc tal parece duerme el sueño de los justos en Chapultepec de la Ciudad de México y se ha olvidado de su primordial tarea: traer lluvias.

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