Se Construye de

Abajo hacia Arriba

Cuando se trata de hacer una buena edificación, la pretendida Reforma Judicial, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no logrará desterrar la impunidad y la corrupción que impera en el sistema de justicia en nuestro País, ya que el problema empieza desde las partes bajas de este andamiaje.

Esto ha llevado a que en la actualidad 9 de cada 10 compatriotas, lamentan no haber sido atendidos en sus demandas de justicia, lo que ha hecho que México registre alza en toda clase de delitos, pero en mayor medida en contra de los que padece el verdadero pueblo.

Conceptos vertidos a Ruta por Gerardo Martínez Martínez, de profesión abogado por más de treinta años, actual notario público y quien por cerca de cuatro décadas se ha dedicado a la docencia universitaria y a diversos cargos dentro de la administración pública.

Conocedor del campo jurisdiccional al revés y al derecho, sostiene que en la actualidad y desde hace tiempo, quien en realidad padece las prácticas corruptas es el pueblo, por lo que antes de cambiar a jueces, magistrados o ministros, habría que limpiar otras instancias desde juzgadores, conciliadores, defensores de oficio, policías, peritos, ministerios públicos y en general, el personal que son los primeros respondientes en atender a cualquier demandante violentado en sus derechos.

Es así que parece, según este y otros puntos de vista de varios expertos en la materia, que el jefe del Ejecutivo Federal quiere actuar al revés en uno de sus dichos, ya que desde su llegada al poder, ha manifestado que la corrupción se debe atacar como cuando uno barre las escaleras, es decir, de arriba hacia abajo.

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Adiós a Salud

Como en Dinamarca

Quienes por alguna razón estamos adscritos al Instituto Mexicano del Seguro no sabemos si reír o llorar.

Comentamos esto porque cuando su creación nos sentíamos privilegiados, pues muy poca población contaba con este derecho de atención. Sin embargo con el paso de los años, la creciente derechohabiencia, además, para variar, malos manejos y un sindicalismo sin recato, llevaron a la Institución a una debacle, a la cual no se le notan mejores augurios.

Como una sola muestra de ello, está la promesa presidencial de que los mexicanos íbamos a tener un servicio de salud este sexenio como en Dinamarca, solo que ahora la triste realidad nos ha despertado de ese sueño guajiro, ya que el Presidente, cosa rara en él, ha reconocido que el Insabi, Instituto de Salud para el Bienestar ha fracasado.

Así de tajo, la noticia nos hizo recordar la desaparición del Seguro Popular, que ha llevado a la saturación y más mal servicio en hospitales públicos, además a la escasez y hasta falta de medicamentos, para atacar enfermedades tan graves como el cáncer.

Es por ello que en lugar de ser atendidos como en el primer mundo, ahora la espera para poder ocupar una cama en cualquier clínica u hospital, tarda 24 o hasta 48 horas por la cada vez mayor demanda de atención, ya que el IMS ha abierto sus puertas a toda persona que requiera de atención médica, aunque no sea afiliado.

Con lo anterior habrá que esperar tiempos más difíciles, ya que el presupuesto que manejaba el Seguro Popular era de casi 120 mil millones de pesos y ahora para el Insabi se redujo en 62 por ciento.

Pero no todo es tan tenebroso. Si Usted tiene sus ahorros en alguna Afore, tal vez le alcance para su atención en el país europeo o ya de perdida, aunque sea a un buen hospital de Houston en Estados Unidos.

Bueno, eso si no gana Trump, las elecciones de noviembre próximo, ya que como que los migrantes no son de su agrado y Joe Baiden, con sus males propios de su edad, está en chino que derrote al cabeza de zanahoria. De ahí que los demócratas tienen que ponerse las pilas, pero ya, no les vaya a pasar lo que aquí les sucedió al PRI, al PAN y al extinto PRD, que no vieron ni por donde les llegó el tsunami.

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