Claro Oscuro
Gobierno
de AMLO
Sin meternos en simpatías o antipatías, este humilde tundemaquinas se atreve a exponer que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se puede calificar de haber sido un sexenio de claro oscuros.
Esto, sin miramientos políticos s fondo, se reflejó desde las urnas hasta la culminación de su mandato, este 30 de septiembre al dejar una ciudadanía totalmente dividida, alentada por el mismo a través de sus mañaneras, al hablar de ricos y pobres y de liberales y conservadores, como si los mexicanos fuéramos personas de razas diferentes.
Hablar de sus aciertos y errores, sería largo, por lo que habrá que esperar a ver cómo lo juzgará la historia al paso del tiempo, así haya salido con más de 60 por ciento de aprobación de casas encuestadoras serias.
Lo único cierto por ahora, es que el tabasqueño demostró ser un político muy eficaz pues siempre se comportó como candidato, pero dejó mucho que desear como jefe de estado y administrador tanto local y enredado en temas que no le correspondía dirimir en el ámbito internacional.
Lo primero, debido a que jamás olvidó su ideología de izquierda a pesar de haber abrevado, durante años, de los lineamientos priistas, partido qué nos gobernó durante 90 años y que ahora se vislumbra él buscará hacer lo mismo, al entregar la estafeta a Claudia Sheinbaum Pardo y para 2030 a su hijo A Andrés López Beltrán según especulan los que medio saben.
Mientras, la oposición continúa semi dormida, tras el terrible nocaut que le propinó el pasado mes de junio Morena, también denominado PriMor, por la gran cantidad de extricolores que de la noche a la mañana, según ellos, cambiaron de ideología pero solo para continuar viviendo del presupuesto.
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Sosa Libre, Murillo
Medio Libre
Bien nos haría a todos los mexicanos, conocer las razones por las cuales los juzgadores dictan medidas de libertad a personas, que primero son acusadas de algunos delitos y quienes con el paso del tiempo o con el peso político o de los billetes, salen de los mal llamados Centros de Rehabilitación sin que se conozcan las razones.
Aquí en nuestro Estado tenemos dos casos muy sonados al respecto. Mientras el exgobernador Jesús Murillo Karam, a pesar de su edad y enfermedades, sigue en prisión domiciliaria, el ex rector de la Universidad Autónoma de Hidalgo, Gerardo Sosa Castelán ha quedado absuelto de los cargos que se le imputaban
Ello hace pensar que el ex gober continúa y seguirá sin que su caso se sobresee por estar directamente inmiscuido en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, asunto que sigue convertido en una papa caliente sin importar quien gobierne, según han dicho abogados y padres de los jóvenes, quienes recién rompieron toda relación con el gobierno López Obraderista, al acusarlo de engañarlos y no haber hecho nada para dar con su paradero.
En cambio, al hermano mayor de los Sosa recién el juez federal Gregorio Salazar Hernández, lo puso en libertad, a pesar de estar señalado por la malversación de más de 58 millones de pesos de la UAEH.
Ello, se dice, porque se apoyó a Morena y en forma directa al PT, lo que no suena descabellado, pues esta agrupación política sin identidad en Hidalgo, se hizo de diputaciones locales y federales.
Así todos felices, diría el Peje, bueno a excepción de Murillo, su familia y seguidores.