- Morena se resigna con Veracruz y Morelos
- Pero se entusiasma con éxitos para Jalisco
- Clara Brugada rechazó reunión con el clero
Por favor guarde el secreto:
En los campamentos morenista y de Claudia Sheinbaum no hay optimismo sobre la suerte electoral para los suyos en dos estados, Veracruz y Morelos.
Me dice un participante en el cuarto de control:
-¿Ya te diste cuenta? La candidata (Claudia Sheinbaum) va al estado del Golfo de México y saluda a Rocío Nahle (la zacatecana candidata en Veracru al acecho de José Yunes) sin mayor ánimo.
Su mínima presencia descalifica igual a Margarita González, quien hereda en Morelos las malas mañas, su mala campaña y el desprestigio de Cuauhtémoc Blanco, quien huye en pos de una diputación para evitar la cárcel.
¿Son los únicos estados en riesgo?
No.
Se teme también por Puebla, donde el senador Alejandro Armenta ha dejado de ser el claro favorito -las encuestas comerciales son aparte- y Eduardo Rivera ha colocado la realidad en virtual empate técnico.
El territorio poblano está en luces “arriba de rojo”, me dice mi confidente.
PARA EL
OPTIMISMO
Las preocupaciones se saldan con promesas.
Según el desfile de números internos, hay suficiente esperanza en lugares donde no se preveía competencia ante la oposición, en especial ante el PAN.
Voltean hacia Guanajuato, uno de los lugares objeto de López Obrador, y hasta Yucatán aunque contienda con el desprestigio del ex priísta y ex panista Joaquín Huacho Díaz.
Hay más puntos positivos:
En Jalisco, sorpresivamente, la abanderada guinda Claudia Delgadillo se acerca de manera acelerada hacia Pablo Lemus, de Movimiento Ciudadano, impuesto por Dante delgado al gobernador Enrique Alfaro.
Pero el oficialismo cree tener asegurada las presidencias municipales de Guadalajara y Tlaquepaque, al tiempo de pelear Zapopan, lo cual le daría gran influencia.
Ah, pero le preocupa Michoacán porque el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla se ha inclinado por el partido Verde en demérito de los morenistas… y esa traición la pagará.
HAY VACÍOS
EN CDMX
Pero Morena no es como se pinta.
A pesar de su enorme estructura, el presupuesto oficial y detentar el poder federal y de la capital, no logró acreditar representantes en todas las casillas de la Ciudad de México.
Esta insuficiencia se repite en 2024 y puede ser factor para perder lugares importantes, aunque desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento hacen esfuerzos por reubicar a numerosos de ellos.
El problema es distnto a hace tres años: si entonces se descargó la responsabilidad en la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hoy la vigilancia se enfoca hacia su sucesor Martí Batres.
La capital es clave porque, de llegar a Palacio Nacional Claudia y en la capital el opositor Santiago Taboada, habría un especie de contrapeso como en su momento fue López Obrador ante Vicente Fox.
Eso sin ver el futuro: con un buen gobierno, Taboada sería candidato natural a la Presidencia para la sucesión del 2030, cuando los gobiernos morenistas estarían más desgastados.
NADA CON
EL CLERO
1.- Pocos lo saben:
Clara Brugada rechazó sentarse a dialogar con representantes de la Iglesia Católica y en específico con el Arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes.
Sus asesores se lo recomendaron con insistencia, pero ella -por ideología o independencia dogmática, vaya usted a saber- jamás aprobó el encuentro con él u otros prelados.
Y 2.- el panista Enrique Vargas navega con tranquilidad hacia una senaduría de mayoría en el estado de México.
Tiene mérito y prestigio, pero también abona la división entre tres actores morenistas, la gobernaor Delfina Gómez, el candidato senatorial Higinio Martínez y el secretario de Gobierno, Horacio Duarte.