En estos días una Ministra de la Suprema Corte ha presentado un proyecto sobre un amparo directo, por medio del cual se ha puesto en tela de juicio el derecho de no autoincriminarse de todo imputado, mismo que consiste en el derecho a guardar silencio y no ser obligado a declarar en contra de sí mismo.
En tal sentido, la doctrina nacional e internacional ha señalado que el derecho de no autoincriminarse implica el derecho de una persona a no ser obligado a ser objeto de prueba contra sí, lo cual tiene sustento en la dignidad humana, misma que consiste en que las personas sean vistas como fin de un proceso y no como objeto del mismo.
Sin embargo, el proyecto que se ha presentado sustenta que se puede obligar a una persona a tomar una muestra para realizar una prueba sobre la misma con la finalidad de acreditar una postura acusatoria contra la misma.
Lo anterior no solamente me parece violatorio de derechos humanos sino preocupante para las investigaciones en nuestro país puesto que, el hecho de sostener la necesidad de realizar un acto de molestia así de lesivo sobre una persona que implique tomar una muestra de su cuerpo implica la imposibilidad que tiene el Ministerio Público para poder esclarecer los hechos sin violentar derechos humanos.
En ese mismo orden de ideas, debemos de señalar que el pretexto para las confesiones obtenidas por tortura fue el mismo que hoy se plantea: la facilidad para esclarecer los hechos a través de visualizar a los acusados como objetos del proceso y no como personas dentro del mismo.
Por tanto, es que espero que la Suprema Corte rechace el proyecto y plante la inconstitucionalidad de los artículos del Código Nacional de Procedimientos Penales que permiten la toma de muestra ante la negativa del imputado ya que, incluso se prevé el uso de la fuerza si es necesario para lograr un objetivo inconstitucional.
En consecuencia, creo que debemos de replantearnos los procesos y recordar que la verdad no puede ser obtenida a costa de cualquier arbitrariedad ya que, ello solo es sería el inicio de las más grandes injusticias para la sociedad.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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