Estamos en el mes de Octubre; mes de hacer conciencia, detectar y conocer sobre el cáncer de mama. Y no sólo es importante para las mujeres tocarse para la detección oportuna del cáncer de mama, sino estar al pendiente de nuestros cuerpos para observar y detectar todas aquellas enfermedades que por no tocarnos, no observarnos y no cuidarnos pueden enfermarnos y llevarnos hasta la muerte.
Un estado de salud es posible en todos nosotros, llevando una alimentación lo más sana posible, manteniéndonos en movimiento (ejercicio) y sobre todo poniendo atención en nuestro cuerpo. Lo curioso es que algo tan básico como tocarnos y observarnos es lo que menos hacemos y es lo único que puede darnos indicativos de que algo anda mal y entonces poder tomar las medidas pertinentes en tiempo justo. Tal vez por más que intentemos no podremos evitar algunas enfermedades, sin embargo con algunas otras podemos tomar las medidas necesarias para evitarnos dolorosas agonías.
En cuanto al cáncer de mama, testicular, de próstata y cervicouterino, el mayor problema es que existen muchos prejuicios y tabúes en torno a estas partes de nuestro cuerpo. Al ser zonas “sexuales” se les adjudica lo prohibido per se; el tabú consiste en que si son tocadas llevaran a la excitación y al placer. Y desde muy niñxs nos dicen que no debemos tocarnos. Entonces relegamos a los pechos, a la vulva (vagina) y a los testículos a un contexto exclusivo para el sexo.
Los pechos de las mujeres (y hombres) se deben explorar todos los días, al bañarte, al ponerte crema hidratante, al ponerte el sostén, al tener un encuentro sexual, etc. Y periódicamente se debe hacer una observación más minuciosa. Como lo dicen las campañas de prevención y detección. Pero la exploración no debe ser superficial. Mujer, ¡Tócate bien! ¡Tócate toda! Con toda tu mano. No tengas miedo a las reacciones de tu cuerpo. No sientas culpa. Si vas a consulta (pidiendo que te respeten y te toquen profesionalmente) deja que te revisen. Si ya estás en edad de hacerte la mastografía; aunque sea incomodo no dudes en hacértela. Sólo así podrás notar a tiempo cualquier cambio.
La autoexploración debe realizarse a partir de los 20 años, el examen clínico a partir de los 25 años y la mastografía de los 40 a los 69 años, cada dos años. En las mujeres mayores de 70 años, la mastografía se realiza bajo indicación médica ante antecedentes heredofamiliares de cáncer de mama; este estudio no se recomienda en mujeres menores de 40 años, pero puede realizarse si existe algún indicio de alteración de los senos en el examen clínico de mamas (Diario Oficial de la Federación [DOF], 2011).
En cuanto al cáncer cervicouterino, tienes que estar al pendiente de tu zona vaginal; asearla diariamente, y de vez en cuando revisarla con un espejo. Estar al pendiente de tus olores y tus dolores. Ir a revisión al menos dos veces al año. Hacerte periódicamente el Papanicolaou. Este estudio es importantísimo para detectar a tiempo anomalías. Sabemos que es un procedimiento muy incómodo, esa es la realidad. Tienes que estar en posición ginecológica, sin ropa interior y el personal de salud introducirá el instrumento que abra el introito vaginal, para con un hisopo sacar una muestra de fluido que será analizada. Sí, en efecto no es placentero, pero es importante. Perder ese miedo puede salvarte.
Las principales manifestaciones de la enfermedad son:
• Detectar un bulto en el testículo que, en general, no duele. Si existe dolor, éste suele aparecer progresivamente.
• Aumento del tamaño del testículo.
• Tener la sensación de que el testículo pesa más.
• En algunos casos más raros, el tumor puede provocar el crecimiento de las mamas (ginecomastia).
• Dolor en la espalda o en el abdomen.
Actualmente se está hablando mucho del cáncer de próstata y testicular. Y aunque en porcentaje de incidencia y muertes, estos canceres son menos que un cáncer de mama; es importante que también los hombres se revisen periódicamente y detecten a tiempo estas enfermedades. A los hombres les calla el machismo. Difícilmente un hombre acepta tener problemas con sus órganos sexuales, entonces aunque sientan algo “anormal” tardan mucho en tomar cartas en el asunto. Por ejemplo, el examen de próstata es un tabú, ya que en algunos casos la exploración es vía anal y por supuesto los comentarios machistas en referencia a la homosexualidad son inevitables. Lo que no saben muchos hombres es que antes de eso, existe un estudio de laboratorio llamado antígeno prostático en donde sólo te sacan sangre. Y si aun así es necesario que te toque el proctólogo, con vergüenza y miedo debes dejarlo hacer su trabajo. Para la revisión de testículos, solo basta hacer con más detalle lo que siempre haces: tocarte. Y no dudar en ir al doctor si notas algunos de los síntomas.
Así, el acto de tocarnos no sólo será para placer, sino también para la detección temprana de algunas enfermedades y en este caso en especial del cáncer en órganos sexuales. Qué más da si en el acto de tocarnos el cuerpo reacciona y llegamos a sentir poco o mucho placer. Lo peligroso esta en que por sentir culpa o miedo, de pronto sepamos que tenemos una enfermedad incurable y que en su proceso a la muerte, el dolor físico sea intenso.
¡A tocarse!
Karla García Ávila