Después de dos años, los panaderos esperan recuperarse económicamente, ya que durante la pandemia, sus ventas literalmente se cayeron 70 por ciento, informó Hipólito Mayoral García.
El dirigente regional de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México (CANAINPA), puntualizó que entre las ofrendas y los alimentos que mayor consumo y demanda tienen, previo y durante los festejos de “Todos Santos”, está el “pan de muerto”.
Este producto, forma parte de una tradición ancestral, que tiene que ver con la gastronomía y con el ritual de honrar a los fieles difuntos.
Sin embargo –agregó- el entrevistado, quienes se dedican a este tipo de elaboración, también tienen que afrontar los incrementos a las materias primas.
Sobre los ingredientes, especificó que son adquiridos en Tulancingo, principalmente el huevo, el azúcar, el queso.
“No son productos artificiales, si aquí tenemos a la mano productos de buena calidad. Eso es lo que hace la diferencia con el pan etiquetado”.
Respecto a un posible incremento al precio del pan, puntualizó que en ocasiones se guían con los estándares de otros estados y municipios.
“Sobre el posible incremento del pan, en ocasiones nos guiamos con los estándares de otros estados o municipios, por ejemplo, en el norte del país, el pan está al doble de lo que cuesta en Tulancingo, incluso en Pachuca el pan es más caro que en esta ciudad. Compañeros del gremio reclaman y cuestionan por qué en Tulancingo no se ha incrementado el precio, aun cuando en la capital, los costos de la materia prima son casi los mismos que aquí”.
En Tulancingo, la celebración de “Todos Santos”, tiene mucho arraigo; ya sea por el legado de las culturas de Mesoamérica, que pasaron por este territorio, combinado con la influencia de los españoles, que a su llegada consideraban que los sacrificios de doncellas eran muy crueles, ya que su corazón era sumergido en amaranto, por lo que crearon el pan de muerto hecho con harina de trigo y cubierto de azúcar roja, para representar el corazón de una doncella.
Los costos de este tradicional pan de temporada, son variables, de acuerdo como se cotice la materia prima y la harina, que durante este año tiene un costo de 760 pesos, el bulto de 44 kilogramos.
“De antemano, la gente se da cuenta que los ajustes en los precios del pan no son por capricho, sino porque realmente es necesario estas alzas, que no son tan abruptas. Si a nosotros nos pega, también a ellos les perjudica, pero compran por volúmenes las materias primas, lo que les da la posibilidad de manipular los precios”.
Finalmente, informó que en Tulancingo existen 200 panificadoras, mismas que dan empleo a por lo menos a mil 600 personas, además de que generan un movimiento comercial extra en la adquisición de los productos para la elaboración del pan