Parece que el paro de los Tribunales Federales si ha generado un descontento social tanto en apoyo como en desaprobación en la sociedad, lo cual parece una cuestión normal y aplaudible en una sociedad democrática.
No obstante, parece que aquello que se esta suscitando en nuestra sociedad, es lo que pareciera un debate sobre temas que de verdad revisten una profundidad inmensa.
En primer punto, existe un llamado a una negativa por la reforma judicial que se ha planteado y en los términos que se ha proyectado, pero también parece que existe un criterio reflexivo de la sociedad y de las propias instituciones, respecto de los errores que estamos viendo de una Institución que parece si necesitar una reforma.
Por tanto, creo que estamos en un punto donde como nación, nos debemos de preguntarnos qué queremos y hacia dónde queremos ir y cuál va a ser el costo que vamos a asumir.
Lo cierto es que el tema de seguridad y justicia, ha sido uno de las grandes deudas que ha tenido nuestro país con la sociedad y ciudadanía, pero hasta hoy no se ha creado una propuesta donde se establezcan las posturas de todas y cada una de las partes.
Me parece que si lo que buscamos como nación es una unidad que termine que todas aquellas acciones que tanto hirieron a nuestra población, debemos de comenzar por crear esa unidad.
Por supuesto que es necesaria una reforma judicial y la misma debe de garantizar la independencia y la autonomía de un poder, que le permita transformación en la justicia y en una realidad para la sociedad y esto solo podrá ocurrir cuando la transparencia en los procesos sea la esencia de cada uno.
Lo anterior sin dejar de mencionar que la justicia debe de prevalecer por encima aun de cualquier discusión y a ella es, a la que debemos de aspirar aun y ante los reclamos más grandes.
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