El Gobierno de Claudia Sheinbaum dio a conocer durante la conferencia de prensa del 3 de octubre, la implementación del programa social Pensión para el Bienestar de Adultas Mayores, el cual brindará pensiones a las mujeres entre 60 y 64 años.
Dicha pensión otorgará un monto de 3,000 pesos de forma bimestral y este se entregará a través de la tarjeta del Banco de Bienestar, iniciando los depósitos a partir de enero del 2025, con el objetivo de apoyar especialmente a mujeres afromexicanas e indígenas.
El registro inició el 7 de octubre y culminará el 30 de noviembre, por lo tanto las mujeres mayores de 60 años ya pueden realizar dicho proceso, de acuerdo al orden alfabético que se ha dado a conocer o bien para agilizar dicho trámite, se recomienda asistir al Módulo Bienestar más cercano, llevando los siguientes documentos: Identificación oficial vigente (credencial de elector, pasaporte, cédula profesional, credencial INAPAM, carta de identidad), Acta de nacimiento legible, CURP (impresión reciente), Comprobante de domicilio (no mayor a 6 meses: teléfono, luz, gas, agua, predio), Teléfono de contacto (celular y casa) y por supuesto, llenar el formato de Bienestar.
Este programa, pretende reducir la pobreza en uno de los grupos más vulnerables a nivel socioeconómico: los adultos de la tercera edad, pero con el enfoque de género atendiendo el objetivo doble de la desigualdad, lo cual resulta ser una primera acción muy buena, pero ¿Cuál es el presupuesto necesario para atender dicho programa?
Si bien se plantea que será aplicado de manera gradual, se estima que para el 2025, alcance la cobertura de todas las mujeres de 60 a 64 años de edad, es decir el primer año, el programa de pensiones atenderá a 1.2 millones de mujeres y se ampliará a 3.3 millones de mujeres para el fin del sexenio, lo cual de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, se estima que el programa costará 22.1 mil millones de pesos en el 2025 y para el 2030 se incrementará a los 69.5 mmdp.
Este programa social sin duda es un acierto en pro de la igualdad de género y reducción de la pobreza pero que implica mayor presión presupuestal, ya que en mismas declaraciones de Sheinbaum promete reducir el déficit fiscal sin sacrificar programas sociales ni proyectos de obra pública y a su vez, promete no incrementar impuestos, lo cual hace que venga a la mente con mayor fuerza, la urgente necesidad de una reforma fiscal en pro de las finanzas públicas de nuestro país, así como no dejar de lado impulsar la participación económica de las mujeres y mejorar las condiciones laborales en el país, para no caer en un sesgo donde únicamente la población se preocupe por inscribirse al programa social.