Dos presas que forman parte del sistema de recarga de los mantos acuíferos en el Valle de Tulancingo, comenzaron a captar los escurrimientos pluviales que se han registrado en estas dos últimas semanas.
La presa Ahuehuetitla, ubicada en la parte poniente del Valle de Tulancingo, registra un aforo del 25 por ciento de su capacidad aproximadamente, lo cual ha permitido cambiar el desolador panorama que se observaba hasta el mes pasado, cuando se apreciaba solo un reducido espejo de agua en su interior.
Este cuerpo de agua que alimenta a varios resumideros, lució llena en el año 2021, debido al buen temporal que dejó el paso del huracán Grace, el cual permitió que el excedente recorriera la “Barranca Seca”, para llegar a la presa Los Álamos, en las inmediaciones del recinto ferial y se llenará tras más de 20 años de permanecer vacía.
La que también se secó durante el estiaje, fue la presa Guadalupe, situada en la comunidad Altepemila, en la parte alta sur de Santiago Tulantepec, en la que de acuerdo con lo informado por Edmundo Hernández Chimal, durante los 18 años que tiene al frente de la corporación, nunca la había visto vacía.
“Esta presa de Altepemila, es muy importante para nosotros porque nos marca cómo están los mantos acuíferos y era preocupante que estuviera seca, lo mismo en el manantial de Ventoquipa, que bajó su caudal”, comentó Hernández Chimal.
Agregó que esta presa, es la más grande del municipio, seguida de la de “El Salado”, ambas, además de recargar los mantos acuíferos, son de utilidad para actividades agrícolas y pecuarias, por ello, la importancia de que ya comience a recargarse, con los escurrimientos del bosque del Ejido de Altepemila, Romeros, Cantarranas y una parte de Singuilucan.
Según cifras de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), del 1 al 26 de junio, la precipitación en el Valle de Tulancingo ha sido de 140.7 mm, por lo que el panorama para las presas es halagador, ya que es el inicio de la temporada y el pronóstico, es que habrá más ingreso de sistemas hidrometeorológicos al país, durante julio, agosto y septiembre.
Lamentablemente, tras la sequía, muchas barrancas y afluentes que estaban secos, fueron utilizados como basureros y ahora, el agua los arrastró aguas abajo, depositándolos, en este caso, en la presa Ahuehuetitla, que en su vértice Noreste, tiene una gran cantidad de basura flotando.