Por Sir Arthur
El pasado 13 de enero, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, presentó el llamado “Plan México”, que es esencialmente el proyecto económico formulado para buscar el desarrollo del país, y hacerle frente a los retos macroeconómicos futuros.
En primera instancia, la presidenta habló de trece metas primordiales a alcanzar durante el sexenio; hizo énfasis en la necesidad de mantener la cohesión dentro de la 4T y se dijo optimista con miras a disminuir la pobreza y desigualdad en el país.
El Plan México fue formulado en gran medida por ex canciller y hoy secretario de economía, Marcelo Ebrard, quien expresó que durante los primeros 100 días de la gestión de Sheinbaum, tanto él como la presidenta han cuidado minuciosamente cada detalle del Plan México.
El proyecto de país, contempla sobre todas las demás metas, una ruta de muy probable éxito para México: volverse el referente a nivel mundial del “nearshoring”, concepto que hace referencia a la manufactura de bienes en países cercanos a los principales mercados occidentales.
Sheinbaum y Marcelo Ebrard plantean en el Plan México, lograr una inversión extranjera en el país de más de 270 mil millones de dólares, disminuyendo los trámites para la inversión en México. Se pretende fortalecer la industria nacional aplicando medidas keynesianas para las pequeñas y medianas empresas, también se busca una generación de empleos que beneficie a dos millones de personas.
Y aunque es cierto que la postura de Donald Trump con respecto a México supone a día de hoy una adversidad, la guerra económica que el presidente electo de EE.UU., busca en contra de China, será el escenario ideal para que el nearshoring en México se consolide.
A diferencia del sexenio pasado, donde no se percibía una estrategia de desarrollo fija para México, la tecnocracia izquierdista que manejan Sheinbaum y Ebrard puede llevar a un desarrollo sostenido en el país; por otro lado, el Plan México no ofrece una estrategia de seguridad pública destinada a subsanar la violencia de que condiciona la actividad económica de varias regiones del país, lo que puede frenar la materialización del Plan México