El inmueble ubicado en la equina de Nicolás Bravo, esquina con Independencia en el Centro de Tulancingo, por fin dejó de representar un riesgo civil por su estado tan endeble en el que se encontraba, pues ya fue derribada parte de su barda perimetral.
Dicha vivienda está incluida en el catálogo de protección a monumentos históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por lo que desde hace años, pese a su mal estado, poco se podía hacer, ya que en este caso, toda intervención se tiene que dar parte al instituto federal.
De acuerdo con algunos vecinos, esa vivienda a inicios del presente siglo, todavía era habitada. Sin embargo, desconocen el por qué fue abandonada, para su posterior deterioro paulatino.
En época de lluvias, el riesgo de un colapso de su barda perimetral era muy latente. Incluso en varias ocasiones se llegó a venir abajo parte del aplanado, por lo que Protección Civil del Municipio, colocaba una malla para evitar que la gente pasara cerca de la barda.
En una de las bardas internas del inmueble, se observa una placa de licencias y permisos de Tulancingo, que hace suponer que la o el propietario del inmueble, ya presentó su permiso ante el INAH y el mismo instituto deberá ser el que supervise que se cumpla cada uno de los lineamientos establecidos para la reconstrucción del inmueble.
En Tulancingo varias viviendas antiguas protegidas por el INAH han sido remodeladas. Las más reciente es el edificio que alberga la tienda Elektra, en el Jardín La Floresta, la cual se respetó la fachada y varios elementos al interior. Otra más que se remodeló con la anuencia del INAH, es la casa ubicada en la esquina de Morelos y Guerrero.
En contraparte, una construcción protegida por el INAH y que ha sufrido el colapso de parte su techumbre, y representa un riego, y no ha podido ser intervenida, es la que se ubica en la calle de Doria, entre Independencia y Juárez

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